EL DEBATE: Contradicciones entre ciencia y democracia. ¿Mayoría absoluta o minoría cualificada?

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Por Josep Lobera

Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset (IUIOG); Universidad Autónoma de Madrid.

Entre ciencia y democracia existen numerosos puntos de convergencia y de retroalimentación mutua; sin embargo, algunas de sus dinámicas entran también en contradicción. El debate acerca de hasta qué punto debe incorporarse la participación de los ciudadanos “no científicos” a la construcción de la ciencia y las decisiones sobre sus aplicaciones dura ya varias décadas y sigue sin resolverse. La democracia plantea el derecho a participar en la toma decisiones sobre aquellos aspectos que afectan directamente la vida de las personas (isegoria, igualdad en el uso de la palabra decían los griegos). El ethos científico siempre ha incluido el principio de apertura de la ciencia, pero se ha tratado tradicionalmente de una apertura limitada a los miembros de la comunidad científica y sometida a ciertas reglas de relación habituales en su seno, incluidas las relaciones de jerarquía.

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EL DEBATE: CTS en la educación superior: oportunidades y desafíos de un área en (trans)formación

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Por Marcos Paulo Fuck (1), Clecí Körbes (2), Noela Invernizzi (3)

(1) Universidade Federal do Paraná, Brasil. (2) Universidade Tecnológica Federal do Paraná, Brasil. (3) Universidade Federal do Paraná, Brasil.

Se observa en las últimas décadas, en muchos países, un mayor énfasis en los estudios de las relaciones entre Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS). A pesar de que todavía no ocupa el lugar que merece, sin duda esto significa un gran avance en la consolidación de este ámbito de estudio cuyo principal aporte es la comprensión de la dimensión social de las relaciones entre ciencia, tecnología e innovación en sus diversos matices. Este desarrollo, en el caso de Brasil, se confirma con la formación de grupos de investigación, de cursos de postgrado, y también por la oferta de cursos relacionados con los estudios CTS en cursos de grado, así como la incorporación de algunos de sus elementos de análisis en la educación científica.

En este sentido, los estudios CTS también ayudan a ampliar la percepción de la sociedad –o, por lo menos en un primer momento, de los estudiantes de este tema– sobre los condicionantes e implicaciones de la investigación y del desarrollo científico y tecnológico. Además de una mejor comprensión de estas relaciones, estos estudios dan fundamento a un posicionamiento crítico y ampliamente difundido, una base indispensable para la construcción de prácticas de participación pública más calificadas en cuestiones relacionadas a las políticas públicas de ciencia, tecnología e innovación (CTI).

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EL DEBATE: EL Fin de lo Humano

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Por Andrés Vaccari

Macquarie University / Fundación Bariloche

En un futuro no muy lejano, la especie que sucederá a homo sapiens elaborará (o quizás sus máquinas lo hagan por ellos) un mito acerca de sus orígenes. El relato comienza con la aparición de ciertos animales que se llamaban a sí mismos “humanos”. Aunque eran criaturas feas, lerdas y algo peludas, a los humanos les gustaba contarse historias glorificantes acerca de ellos mismos. Una de sus historias más curiosas trataba de la esencia de la humanidad. La historia aseveraba que, entre todos los entes naturales, los humanos ocupaban un lugar de privilegio en el universo debido a que estaban dotados de razón. Esta capacidad (diversamente concebida como alma, materia, o capacidad cuasi-divina) los separaba del resto de los seres vivos. Todas las particularidades humanas –tales como cultura, tecnología, lenguaje y política– derivaban de esta capacidad racional. 

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EL DEBATE: La tecnociencia para el bien común

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Por António Francisco Cachapuz

Universidade de Aveiro, CIDTFF, Portugal

Aunque se ha avanzado mucho en el estudio de problemas tradicionales CTS en los últimos diez años, especialmente en el contexto del desarrollo curricular, es necesario ir más lejos. Lo que sabemos no es suficiente. Es necesario discutir más a fondo cuál es el sentido del progreso tecnocientífico.

Sostengo que las relaciones entre tecnociencia y poder pueden y deben ser reformuladas en un sentido más democrático y ético con el fin de reconciliar los valores y la cultura democrática y humanista con el progreso tecnocientífico. Es necesario profundizar la democracia participativa (no sólo representativa) como el eje mediador y regulador entre la tecnociencia y el poder. Es decir, que la reorientación de las relaciones entre la tecnociencia y el poder sólo puede florecer en sociedades abiertas y democráticas y tiene importantes implicaciones para la educación de los ciudadanos. Necesitamos desarrollar una mayor conciencia de nuestras circunstancias sociales, ampliando así nuestra capacidad de comprensión y participación en las decisiones importantes de carácter social, político y educativo, que no pueden resolverse por sí mismas: analfabetismo, amenazas a la biodiversidad, problemas con la sustentabilidad, cambio climático, problemas con la ingeniería genética, desregulación de las estructuras sociales…

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EL DEBATE: El déficit cognitivo es el Cid Campeador

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Por Carina Cortassa

CONICET - Centro Redes, Argentina.

Al parecer, al igual que la leyenda atribuye al hidalgo castellano, sigue ganando batallas después de muerto.

Como planteé en un contexto cercano (Revista Iberoamericana CTS – vol. 5, nº 15), llevo tiempo pensando que la caducidad del modelo del déficit cognitivo en los estudios de comprensión pública de la ciencia es más declamada que efectiva. Esto es que, a despecho de los cuestionamientos de toda índole recibidos durante los últimos años, su influencia persiste en el plano de la reflexión conceptual, en la investigación empírica y en las prácticas destinadas a superar la brecha entre ciencia y sociedad -plenamente orientadas por la voluntad y el esfuerzo alfabetizador que de él derivan.

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EL DEBATE: ¿Empujados o atraídos? Movilidad del personal altamente cualificado

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Por Ana M. González Ramos

Investigadora postdoctoral. Programa Género y TIC, Universidad Oberta de Catalunya, España.

A menudo, explicaciones que parecen debates académicos superados aún perduran en algunos discursos, en las medidas políticas propuestas, en los mensajes de los medios de comunicación o en la opinión pública en general.

Esto ocurre con la movilidad de los profesionales altamente cualificados quienes, según la mayoría, no emigran sino que se desplazan de unos países a otros; no son expulsados sino atraídos por las instituciones científicas o académicas extranjeras; no causan problemas de socialización sino enriquecimiento. Estos mensajes positivos se multiplican evitando el angustioso debate sobre la pérdida de capital humano y la responsabilidad internacional de todos los países involucrados en los flujos de entrada y salida. Es un discurso interesado pues predica sus beneficios mientras limita las entradas y los permisos de residencia a colectivos similares con nacionalidades diferentes, o que presuntamente no son tan necesarios para las economías locales. Además, las cuotas no son estables en el tiempo sino que cambian de manera discrecional según cada equipo de gobierno, tal como ahora mismo está ocurriendo en Reino Unido

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1. Somos actores o, al menos, testigos privilegiados de una tremenda novedad que afecta a la base de nuestro ser: el desplazamiento del sentido del cuerpo y las consecuencias que derivan de este cambio radical cuando une a nuestro potencial tecnológico.

2. Gracias a diversas tecnologías (biomédicas, alimentarias y sociales) hemos conseguido alcanzar como especie un nivel de supervivencia tal que ha liberado a los cuerpos individuales de su funcionalidad primariamente reproductiva y de los controles socioculturales y legales que buscaban asegurarla. Esta liberación está en la base de una serie de fenómenos que constituyen –al menos en nuestras sociedades- un horizonte cada vez más cotidiano: la separación de sexualidad y reproducción, la superación de la identidad entre sexo y género, el cuestionamiento y la multiplicación de las identidades sexuales, la legalización de la anticoncepción y de la contracepción, la posibilidad de elegir la propia muerte…

3. El estatus del cuerpo humano ha cambiado radicalmente: de ser un objeto estructurado ligado a un deber-ser natural culturalmente determinado, pasa a ser un campo de posibilidades, de diferentes realizaciones: pasa a estar en el ámbito de la futurición abierta. Esta futurición (que ya está en marcha, aunque de forma todavía incipiente) pone en juego, a día de hoy, tres factores:

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