EL DEBATE: Sobre Randy Schekman, la ciencia y las revistas científicas


Por Pablo Jacovkis

Secretario de Investigación y Desarrollo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero y profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.

El 9 de diciembre de 2013, el día anterior al acto de entrega de su premio Nobel en Fisiología y Medicina en Estocolmo, el Dr. Randy Schekman publicó un artículo en el diario inglés The Guardian en el cual anunciaba que de ahora en adelante no publicaría más artículos en las prestigiosas revistas científicas Nature, Science y Cell, dado que estas revistas, como sintetiza un comentario del diario El País, “distorsionan el proceso científico o, peor aún, ejercen una ‘tiranía’ sobre él que no sólo desfigura la imagen pública de la ciencia, sino incluso sus prioridades y su funcionamiento diario”. (Vale la pena leer el artículo de El País no solamente por su interés intrínseco, sino porque como regalo adicional tiene una maravillosa fotografía de una clase de anatomía de don Santiago Ramón y Cajal, como si fuera la Lección de anatomía del Dr. Tulp de Rembrandt.)

Para liberarse de la “tiranía de las revistas de lujo”, del mismo modo que “Wall Street tiene que acabar con el dominio de la cultura de las primas”, el Dr. Schekman propone, por su parte, publicar en revistas de libre acceso “que son gratuitas para cualquiera que quiera leerlas y no tienen caras suscripciones que promover” (él mismo dirige eLife, financiada por tres prestigiosas instituciones científicas internacionalmente conocidas, la Fundación Wellcome, el Instituto Médico Howard Hughes y la Sociedad Max Planck). El País reproduce luego la nota en castellano de The Guardian.

Naturalmente, la nota del Dr. Schekman tuvo una enorme repercusión en todo el mundo, y tuvo sus defensores y detractores; los interesados en leer los comentarios, favorables o desfavorables, pueden buscar en Google “Randy Schekman” y encontrarán abundante material, en particular las opiniones de los lectores del propio artículo de The Guardian. Me interesa hacer unas reflexiones al respecto, que son de dos tipos: por un lado, de qué manera un científico puede hacer su carrera científica sin estar excesivamente sujeto a regulaciones, tácitas o explícitas, de toque burocrático; por el otro lado, mencionar la necesidad de controlar la influencia comercial de las grandes editoriales que publican las revistas científicas más prestigiosas.

Respecto del primer punto, obsérvese el adverbio “excesivamente”, que incluí a propósito. Y lo incluí porque algún tipo de regulación burocrática debe haber siempre, dado que los científicos hacen su carrera en instituciones, públicas o privadas, que necesitan alguna prueba concreta de que cuando le pagan a un científico no están tirando el dinero a la basura. Evidentemente alguien que durante cinco años no publicó nada, ni en revistas, ni en congresos, probablemente no haya hecho nada, y debe ser excluido del sistema científico. El problema es cuando todo se empieza a burocratizar demasiado, y se exigen tantos artículos por año en revistas de índice de impacto al menos tal, etc. Allí puede llegar a empezar una relación perversa entre el científico y las revistas, en la cual la cantidad es más importante que la calidad, o en la cual la calidad se mide solamente por la fama de la revista (y allí entra el comentario de Schekman). De todos modos, las revistas de libre acceso no garantizan necesariamente la calidad (también hay bibliografía al respecto), y el hecho de que algunos artículos hayan sido después retirados de una revista científica importante puede interpertarse no como falta de seriedad de la revista sino, al contrario, como rigurosidad y honestidad de la revista al detectar fraudes. (1) Y además, la clave es que el problema afecta al “científico medio”, y no a los genios.

En efecto, la masificación de la ciencia a partir de la mitad del siglo pasado provoca que muchas personas honestas, trabajadores y de inteligencia “normal” se dediquen a la ciencia, lo cual es absolutamente legítimo (e incluso necesario para los países que quieran tener futuro científico); y no hay ningún derecho a pedirles a esos científicos otra cosa que seriedad y trabajo creativo… que se juzga mejor mirando su producción, sus ideas, su impacto en la ciencia y en la sociedad, más que contando artículos u ordenando las revistas según su presunta calidad de acuerdo a índices cada vez más sutiles. Aunque esto cuesta más trabajo, y a veces demanda un tiempo de evaluación que los científicos no están dispuestos a emplear.

Pero ninguna de estas discusiones vale para los genios. En ese sentido la ciencia funciona muy bien: es muy pero muy raro que un científico excepcional no tenga éxito porque no se adapta a la “burocracia” de la producción o de la calidad. Sin ir más lejos, el israelí Dan Shechtman, Premio Nobel de Química 2011, fue mirado con profunda desconfianza por muchos de sus pares cuando planteó la existencia de cuasicristales en 1984 (entre otros por el gran Linus Pauling, quien dijo: “No hay cuasicristales, hay cuasicientíficos”) e incluso fue echado de su grupo de trabajo, pero finalmente el mundo académico reconoció su enorme aporte a la ciencia y lo recompensó con el premio mayor. Y Andrew Wiles, quien demostró el último teorema de Fermat, había publicado, como puede verse aquí, tan solo 14 trabajos (o sea, menos de uno por año), entre 1977, año de su primer trabajo publicado, y 1993, año en que anunció la demostración de dicho teorema (demostración que tenía un error que tardó más de un año en solucionar, y a pesar de ello los especialistas no dudaban de que el error era subsanable); sin embargo, era profesor en la Universidad de Princeton, lo cual muestra que era muy respetado por la comunidad matemática.

El segundo punto es más complicado. Es cierto que a veces los precios de las sucripciones a revistas de las grandes editoriales son leoninos, lo cual no es un problema fácil de resolver (pues algunas de esas revistas -no todas- son muy prestigiosas y los científicos quieren no solamente publicar en ellas sino que figuren en las bibliotecas de sus instituciones para consultarlas cuando lo necesitan). A eso se suma una contradicción monetaria: los científicos hacen sus investigaciones, que llegan a resultados publicables, con dinero que aportan sus universidades, institutos, u otros organismos, usualmente de los respectivos gobiernos. Y después las instituciones tienen que pagar para tener acceso a lo publicado gracias a su apoyo económico…

Sin embargo, existen paliativos: uno de ellos es justamente la publicación en revistas de acceso libre (aunque en este caso el problema puede ser que sea el autor el que pague -a veces mucho- por su publicación); otro, la publicación previa en repositorios tipo ArXiv: si bien la publicación en este repositorio no tiene evaluación previa, los errores se descubren rápido, y el boca a boca puede indicar la importancia de un trabajo. Y además está la posibilidad de que la legislación de un país controle a dichas editoriales (lo cual tiene obviamente que ver con la importancia científica del país que toma dichas medidas legales). (2)

Por último, volviendo al origen de estas reflexiones, conviene recordar que el Dr. Schekman hizo su anuncio después de haber obtenido el Premio Nobel. No parece probable que los científicos jóvenes en ascenso sigan su ejemplo. Sin ir más lejos, ¿alguien puede pensar que el enorme impacto, nacional e internacional, obtenido hace unos días por el Dr. Gabriel Rabinovich y sus colaboradores, con su trabajo que fue tapa de Cell, se habría producido tan rápido si hubiera elegido para publicar una revista de acceso libre?

Notas al pie

(1) Sólo a título de ejemplo puede mencionarse el artículo de John Bohannon publicado en Science, “Who’s afraid of Peer Review?”, que puede verse aquí, con un ataque feroz a muchas revista de libre acceso.

(2) En Argentina ya se sancionó recientemente una ley al respecto.

Publicado el 5 de marzo de 2014

 

  1. El último párrafo me parece muy revelador. A mi entender, demuestra el lugar apremiante en el que nos encontramos los investigadores.

  2. Los investigadores tenemos que lidiar con el supuesto advenimiento generalizado del open access y la demanda presente, real y muchas veces impiadosa por parte del sistema académico por publicar en revistas indizadas y de prestigio. En este escenario, es decir, del lado de los investigadores, creo que hay un buen trecho para cubrir todavía.

  3. Como es habitual, Pablo siempre brillante en sus aserciones. El problema que plantea es real y debatible como pocos. Una respuesta requeriría otro paper! Concuerdo en parte y no en otras, pero lo importante es que se genere una discusión sobre el mismo. Podría expresarme más, pero no hay espacio apropiado. Sin embargo Elvia, me parece un tanto apocaliptico el último mensaje. La única cuestión matemática es que me parece que Pablo plantea la hipótesis, el teorema, pero falta la demostración:)

  4. El problema de las publicaciones, en general, consiste en que cuando los evaluadores evalúan (evaluamos) las publicaciones de un CV lo hacemos todavía priorizando el prestigio de la publicación y no la calidad del trabajo en si. Suponemos que un buen referato precede al texto. Craso error. Cualquier investigador con alguna experiencia sabe que las revistas mas famosas y celebradas poseen trabajos de muy escaso mérito, mientras que otras . de difusión regional,, mas restringida, producen un mayor impacto en la sociedad y una indudable validez científica. Es necesario imponer una evaluación que sea cualitativa de contenidos y no de etiquetas, sin desconocer el valor que poseen ciertas revistas consagradas de cada campo.

  5. Hay de todo en todas las revistas, obviamente. Pero al menos en quimica la correlacion entre trabajos de buen nivel y reproducibles y el prestigio relativo de la revista es asombrosamente alto. Es una cuestion estadistica, que haya algunos trabajos malos en una buena revista, o un par de excelentes piezas en una mala o de medio pelo no significa nada.

  6. 1. No sé porqué la mayoría de los académicos no alcanza a identificar EL PROCESO a trevés del cual una revista llega eventualmente a ser de calidad. Esto debe asociarse a la vez con las persistentes relaciones colonialistas que se reflejan claramente en el desarrollo de la ciencia, y en particular de las ciencias que se integran a la producción económica vía la protección de propiedad intelectual. Una vez identificado ese proceso, y esas relaciones, entonces es posible tomar una postura que permitirá a su vez una organización colectiva desde nuestros países para fortalecer revistas acreditadas en nuestros países («Sur global»).
    2. El problema de no identificar los procesos de consolidación de una revista y las relaciones colonialistas llevan a la mayoría de los académicos a fetichizar las revistas y aprovechar ese fetichismo sin reconocer los fundamentos políticos y económicos detrás de ellos (eso no significa negar el poder de las revistas de «mayor impacto», al contrario, significa historizarlo, contextualizarlo). Al grado de que se establecen «indicadores» o criterios institucionales refiriéndose a «productos» de marcas comerciales (ISI…JCR…!!) y no a características de las revistas.
    3. Es necesario reconocer quelas relaciones que guardan distintas disciplinas con los procesos de generación de la riqueza vía los mercados predominantes SON DISTINTAS. Por lo tanto la forma de «medir» el impacto de una revista o de un artículo publicado en ella son completamente distintos.

  7. Interesantes reflexiones, no obstante como procedemos al respecto para ser éticos en la formación de jóvenes profesionales que incurren en la investigación?. Sl les hacemos seguir el mismo camino sinuoso de volverse casi mecánicos en realizar y publicar y así obtendrán y así sucesivamente. La publicación,la revisión de pares es un elemento más de la calidad de un trabajo,pero en los años se ha convertido en el elemento y que ha generado un sin número de indicadores dudosos ya que que se acceda a un artículo no garantiza que el mismo se lea,ni diferencia si ha sido la misma persona que accedió varias veces a un mismo artículo, etc., En fin, se pueden pensar infinidad de situaciones. El tema es que lugar significativo,de calidad se da a la publicación en vez de a la publicación en tal o cual revista? Es a su vez un tema íntimamente relacionado con propiedad intelectual y de ahí la preocupación en cómo formar a los jóvenes en este tema para que no se transforme en la cultura de la publicación por la publicación en sí misma? Saludos a todos

  8. Concuerdo plenamente con el Dr. Abinzano, acá en Chile es un mal que nos persigue a todos lo investigadores jóvenes y que estamos luchando por insertarnos por insertarnos en el mundo académico. Lamentablemente muchas veces nos juzgan por la fama de la revista y no por el peso real de nuestro trabajo. Y además se nos juzga en base a esas publicaciones como investigadores productivos, y no si nuestro trabajo en realidad tiene proyección y es de impacto. Además, en mi caso, he optado por revistas online gratis, ya que en mi caso me facilitan publicar y no limitan el acceso a publicación y lectura por un tema económico.

  9. Muito pertinente este debate, pois o espaço de divulgação e publicação científica virou um mercado sem precedentes… Precisamos dar um basta nessas revistas e periódicos que cobram para publicar. A ciência só tem sentido se os seus conhecimentos e novos saberes produzidos e revelados retornam efetivamente para a sociedade.
    Basta de transformar o conhecimento em valor!!! Basta dos centros emanadores do «saber», como se existisse conhecimentos e produção de saberes abaixo desses grandes centros! Que façamos a ciência para a sociedade e que produzamos novos espaços insurgentes para divulgação e socialização de saberes e conhecimentos até então silenciados pelo mercado da editoria científica.
    Há vida, ha comunidades distintas e há produção e revelação de saberes distintos que precisam se tornarem públicos para asssim rompermos com os grandes centros se acham no direito de dizer como se pesquisa, como se pesquisa, o que deve se pesquisar e o que deve ser publicado como conhecimento válido.
    Por uma ciência livre desses clichês e por espaços mais autônomos de socialização do conhecimento!

  10. Muito pertinente este debate, pois o espaço de divulgação e publicação científica virou um mercado sem precedentes… Precisamos dar um basta nessas revistas e periódicos que cobram para publicar. A ciência só tem sentido se os seus conhecimentos e novos saberes produzidos e revelados retornam efetivamente para a sociedade.
    Basta de transformar o conhecimento em valor!!! Basta dos centros emanadores do «saber», como se existisse conhecimentos e produção de saberes abaixo desses grandes centros! Que façamos a ciência para a sociedade e que produzamos novos espaços insurgentes para divulgação e socialização de saberes e conhecimentos até então silenciados pelo mercado da editoria científica.
    Há vida, ha comunidades distintas e há produção e revelação de saberes distintos que precisam se tornarem públicos para asssim rompermos com os grandes centros se acham no direito de dizer como se pesquisa, como se pesquisa, o que deve se pesquisar e o que deve ser publicado como conhecimento válido.
    Por uma ciência livre desses clichês e por espaços mais autônomos de socialização do conhecimento!

  11. Considero que existe una dualidad inseparable: revista prestigiosa – científico prestigioso. Indudablemente uno se sirve del otro, apuntando ambos a la calidad y no a la cantidad ya que se supone que la actividad del científico es seria , por ende de por sí, prestigia la revista y esta debería evaluar imparcialmente el quehacer del científico.

  12. Así como leo estos datos sobre la publicación en revista científica, muchos inquietos nos vemos lejos de publicar algo que realmente valga la pena para la sociedad del conocimiento. ¿Que esta fallando en la formación para llegar a desarrollar conocimiento científico? Respondo lo siguiente: pasión por conocer, por las ideas, por el descubrimiento, por la invención y por el descubrimiento de lo verdadero.

  13. Tal vez, y ojalá sea el caso, muchos jóvenes investigadores no vayan a por el nobel o por lograr un rápido y enorme impacto nacional e internacional, sino por una ciencia autónoma cuyos resultados ayuden a resolver los problemas de las sociedades que la financia.

  14. Es mas complejo que existe en un dualidad inseparable entre revista prestigiosa y científico prestigioso, uno se sirve del otro y no a la cantidad ni calidad de la actividad del científico, muchos de los jóvenes investigadores no van para el nobel o tratar de lograr un impacto internacional sino resolver los problemas sociales de la financia. muchos se ven lejos de publicar algo que realmente valga la pena para la sociedad.

  15. hola yo creo ….la ciencia parte de una base universal para el hombre desde que la percibe y luego la investiga para luego usarla para el veneficio de todo…..pero al intentar superarce cada dia mas usa la bueno y descarta lo malo y con poco contenido……….entonce trabajan con lo buena ..lo aplican….y lo mejoran periodicamente…….(hora pegunto alguien sabe que las base de la ciencia si puede ir en cuatro direcciones o mas ….porque solo asia delante) en un camino nuca abra mas que en tres………….la ciencia esta al servicio de lo complicado….y lo que sirve son las cosas simples y mas todavia si le ponen ciencia….gracias y perdon …..que la fuerza los acompañe…..jumbo de palermo

  16. NECESIDAD DE PUBLICAR LOS DATOS NEGATIVOS: UNA GRAN IDEA Y REVISTA NECESARIA: PARA ESTE FIN:
    LA CIENCIA TIENE QUE CAMBIAR, EL 1 DE JUNIO SE PUBLICÓ EL PRIMER NÚMERO DE UNA REVISTA QUE PRETENDE AVANZAR EN EL CONOCIMIENTO PUBLICANDO ARTICULOS CIENTÍFICOS CUYOS RESULTADOS NO SEAN SIGNIFICATIVOS (LO QUE ES LA MITAD DE LOS DATOS HABITUALMENTE..) Y HE TENIDO EL PLACER DE PODER ESTRENAR DICHO ISSUE CON 3 PAPERS:
    – Gluten y enfermedades neuronales –
    Genomica y enf. cardiovascular –
    IMC y ejercicio físico… todos los artículos los podéis descargar de la web! en el apartado «actual»
    Esta es la web: http://revistas.proeditio.com/jonnpr/index

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