EL DEBATE: ¿Una ola de ludismo en América Latina?


Por Ana María Vara

PhD. Centro de Estudios de Historia de la Ciencia José Babini (UNSAM)

Oposición a los transgénicos, a los biocombustiles, a la producción de pasta de papel, a la tecnología nuclear, a los tendidos eléctricos, a los gasoductos, a la minería… América Latina estalla en conflictos de variable intensidad y alcance, que tienen como blanco emprendimientos científico-tecnológicos de magnitud que involucran grandes inversiones y movilizan un amplio espectro de expertises. ¿Estamos ante una ola de ludismo en la región? Corresponde hacer algunas aclaraciones sobre la noción de “ludismo”, término que se ha convertido en un calificativo que ridiculiza a quienes se oponen a las nuevas tecnologías y augura su derrota inevitable, apoyándose en una argumentación implícita que supone que las mismas están vinculadas al “progreso” y son intrínsecamente racionales, buenas e imparables. Sin embargo, ni siquiera en relación con el movimiento donde se origina el nombre puede hablarse de un rechazo a la novedad por sí misma, sino a su impacto radical en el mercado laboral, a los medios de vida de sectores organizados, que tomaron conciencia y fueron capaces de responder. Ese movimiento mostró que la incorporación de nuevas tecnologías puede contestarse, que las trayectorias no son lineales y obligatorias, que la regulación puede moderar su impacto—aunque no haya terminado así para los seguidores de King Ludd (Randall, 1995).

El siglo XX deja en evidencia que otros resultados pueden alcanzarse. La noción de “controversia tecnológica” fue introducida en los tempranos setenta—es decir, los inicios del ambientalismo—para dar cuenta de procesos sociales en que actores no expertos cuestionaron y afectaron con sus acciones públicas la decisión de actores expertos en relación con la construcción de instalaciones, la incorporación de tecnologías que implican riesgos de salud o ambientales, la aplicación de normativas técnicas que suponen avanzar sobre valores tradicionales o sobre la libertad de elección de los ciudadanos. En estos casos, típicamente, hay actores que promueven el proyecto y actores que lo administran, y la controversia se suscita debido a las diferentes perspectivas sobre el problema. Mientras que quienes desarrollan un proyecto persiguen un objetivo específico y “trabajan en términos de un cálculo de eficiencia que sólo incorpora costos que pueden ser cuantificados”, quienes pueden ver alteradas sus vidas definen los costos “de manera que incluyan los impactos sociales y ambientales” (Nelkin, 1974: 3).

Son en realidad pocos los casos en que el conocimiento experto estuvo sólo del lado de los promotores: un ejemplo temprano es el rechazo a la instalación de una central nuclear sobre el lago Cayuga, en el estado de Nueva York, en el que científicos de Cornell encabezaron la oposición (Nelkin, 1971). Para comprender la complejidad de estos fenómenos puede ser revelador considerar el caso de una de las tecnologías más resistidas en América Latina, tanto por lo sostenido en el tiempo como por la amplitud y coordinación de la oposición: los cultivos transgénicos. Hemos analizado algunos aspectos que están en la base de la oposición a esta tecnología en el mundo: la alta percepción de riesgo vinculada con los poderes del ADN, en el marco de la “sociedad del riesgo” que describe Ulrich Beck; la desigual distribución de riesgos y beneficios entre consumidores y productores en los transgénicos de primera generación; el desarrollo de esta tecnología por transnacionales, en tiempos en que se promueve y defiende con pasión el patentamiento de los desarrollos científico-tecnológicos incluso cuando se originan en el sistema académico (Vara 2003).

Estos elementos están presentes en las controversias nacionales en la región, y se agregan otros: el enfrentamiento entre pequeños y grandes productores, con el antecedente de los latifundios y las siempre pendientes reformas agrarias; el avance sobre tierras de ocupación consuetudinaria, terrenos fiscales y aún reservas naturales; la persistencia de estructuras socio-económico-políticas cuasi feudales; la debilidad de los gobiernos periféricos frente a las transnacionales; la precariedad de los sistemas científicos locales, poco preparados para lidiar con cuestiones de propiedad intelectual; las inequidades del comercio internacional, en particular los subsidios agrícolas de los países centrales (Vara, 2005).

Todo esto, en el contexto de una creciente demanda de commodities agrícolas, tanto por el aumento del consumo por parte de países en crecimiento—notablemente, China e India—como por la promoción de los biocombustibles en los países centrales, entre otras causas. Panorama que aumenta las presiones para incrementar la producción en busca de crecientes ganancias, exacerbando las tensiones vinculadas a estas dinámicas.

De hecho, una de las raíces del persistente enfrentamiento entre sectores rurales y el gobierno argentino puede atribuirse a la disputa por la renta extraordinaria originada en la tormenta perfecta que hizo que se dispararan los precios de los alimentos a comienzos de 2008 (Barsky y Dávila, 2008: 115-131). Como consecuencia, la soja transgénica—metonimia de las transformaciones vinculadas con esta tecnología—está en el centro de un proceso de estigmatización. Se comprende, entonces, que la oposición a los transgénicos tiene materia prima con qué constituirse. La “construcción de la amenaza” y la respuesta a la misma, sin embargo, es un proceso social que requiere también de los “recursos”, los “marcos interpretativos” y las “oportunidades políticas”, entre otros, según prevén las teorías sobre política contenciosa y movimientos sociales (McAdam, et al 2007).

Ciertamente, puede decirse que América Latina está pasando por un ciclo de protesta post-noventa del que participan, de distintos modos, incluso varios gobiernos nacionales de la región, que se presentan como de centro izquierda y hasta asumen la reivindicación de sectores tradicionalmente postergados, como los pueblos originarios, como es el caso de Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador (Saint-Upéry, 2008).

Otro aspecto característico es la circulación en la región de un marco interpretativo de larga data, que vincula la explotación de los recursos naturales con la explotación de poblaciones vulnerables, por parte de actores extranjeros aliados con socios locales, que hemos dado en llamar contra-discurso neocolonial de los recursos naturales. Se trata de un “master frame” fuertemente anti-imperialista, que reaparece de manera insistente vinculado a movimientos de protesta e insurgencia, y que dialoga con los discursos ambientalistas (Vara, 2009).

Estos son algunos de los elementos regionales que permiten comprender la sincronía de fenómenos que tienen una fuerte raíz local, pero que surgen como respuesta a pulsos globales. La creciente demanda de recursos naturales no se limita a los alimentos, ni a los commodities agrícolas, entre los que cabe incluir insumos industriales como la madera—clave en la producción de papel (Vara, 2007). Este aspecto puede ampliarse a los minerales, en sus múltiples usos. Particularmente interesantes son los vinculados a la reconversión tecnológica impulsada por la búsqueda de nuevas tecnologías energéticas que sustituyan a los combustibles fósiles, porque está asociada al ambientalismo, dejando en evidencia que, en esto también, el eje Norte-Sur marca diferencias. Comentaremos dos últimos ejemplos para cerrar esta pieza. Los planes de reapertura de minas de uranio en la Argentina han suscitado la inmediata reacción de comunidades de Mendoza y Chubut, en tiempos de un regreso global a la tecnología nuclear. Todavía más reveladora es la discusión pública que se está dando en Bolivia en torno a la explotación del litio, un mineral imprescindible para las baterías recargables—de las notebooks
al millón de autos eléctricos que Barack Obama quiere en circulación para 2015 en Estados Unidos. En consonancia con la nacionalización de los hidrocarburos, el gobierno boliviano promueve que el litio sea explotado por empresas locales. Es una decisión de impacto, dado que ese país tiene, según el Geological Survey norteamericano, la mitad de las reservas mundiales. “El anterior modo imperialista de explotación de nuestros recursos no se repetirá nunca más en Bolivia”, declaró un funcionario de la agencia estatal Comibol al New York Times—que puso la nota en tapa—a comienzos de este año (Romero, 2008).

En síntesis, como en la historia de los ludistas originales, en los recientes casos de resistencia a las tecnologías en América Latina hay mucha más política de la que quiere admitirse. En ese marco, las inequidades derivadas de situación periférica de la región, que se repiten a veces al interior de la misma y hasta al interior de los países, es una cuestión clave para comprenderlos.

Los invitamos a sumar sus opiniones a este debate. ¿Cree que hay en la región resistencia a ciertas tecnologías en particular? ¿Qué casos le parecen reveladores? ¿Qué papel deben jugar los gobiernos nacionales, provinciales y municipales en estas controversias? ¿Los científicos del sistema público? ¿La sociedad civil? ¿Cuál es la situación de las minorías étnicas frente a estas problemáticas?

Bibliografía

Barsky, Osvaldo y Mabel Dávila (2008). La rebelión del campo. Historia del conflicto agrario argentino. Buenos Aires, Editorial Sudamericana.

McAdam, Doug, Sydney Tarrow y Charles Tilly (2007). “Comparative perspectives on contentious politics”, en Mark Lichbach y Alan Zuckerman (eds.), Comparative Politics: Rationality, Culture, and Structure: Advancing Theory in Comparative Politics. Cambridge, Cambridge University Press.

Nelkin, Dorothy (1971). Nuclear Power and its Critics. The Cayuga Lake Controversy. Ithaca, Cornell University Press.

Nelkin, Dorothy (1974). Jetport: the Boston Airport Controversy. New Brunswick, NJ, Transaction Books.

Randall, Adrian (1995). “Reinterpreting ‘Luddism’: resistance to new technology in the British Industrial Revolution”, en Martin Bauer (ed), Resistance to New Technology. Nuclear Power, Information Technology and Biotechnology. Cambridge, Cambridge University Press, pp. 57-80.

Romero, Simón (2009). “In Bolivia, untapped bounty meets nationalism”, The New York Times, 3 de febrero. Disponible en: http://www.nytimes.com/2009/02/03/world/americas/03lithium.html.

Saint-Upéry, Marc (2008). El sueño de Bolivar. El desafío de las izquierdas sudamericanas. Barcelona, Paidós.

Vara, Ana María (2003). “Transgénicos: elementos para entender una polémica”, año 2, n° 3, diciembre. Disponible en: http://www.quimicaviva.qb.fcen.uba.ar/qviva/qviva23.html.

  1. Ludismo: más allá de las tecnologías.
    El uso de los recursos naturales está ligado con el desarrollo de las nuevas tecnologías. Entonces, quien posee dichos recursos se convierte en un actor central en cuyo entorno se genera un conflicto grande de intereses geopolíticos con enorme dosis comercial. Este es un tema que, en la región sudamericana, será constante puesto que constituye el centro de atención de las potencias, sobre todo cuando existen gobiernos que no les facilitan el camino para el logro de sus planes.

  2. Un debate necesario y urgente
    Las nuevas tecnologías pueden ser cuestionadas, y de hecho lo son, tanto en la América Latina como en el mundo. Sin embargo, dado que en los casos recientes de resistencias a estas nuevas tecnologías “hay mucha más política de la que quiere admitirse” parece que lo que está faltando es una discusión democrática, amplia y profunda acerca del desarrollo e implementación de las mismas, tanto a nivel regional como nacional. Muchas veces los intereses municipales, provinciales y nacionales difieren entre sí y dan pie a conflictos que podrían evitarse si las políticas fueran sometidas a debates públicos y consensuadas. Además, en tanto que América Latina es inmensamente rica en cuanto a recursos naturales esenciales para el desarrollo de muchas de las nuevas tecnologías, este debate se vuelve -aparte de necesario – urgente.

  3. Analista Agropecuario. DRR Agroecología.
    Si las innovaciones elementales, que dependen de los conocimientos (y no de los recursos) se hubieran adoptado de manera correcta, otra sería la historia de América Latina, dado que evitar causas con conocimientos, es mejor que corregir las consecuencias con subsidios…
    La incorporación de nuevas tecnologías (que no sean excesivamente dependientes de factores externos)es la clave.
    Lo ideal es resurgir la educación en la escuela rural básica, porque el arcaísmo en la agricultura y el alto impacto ambiental es un problema de conocimientos y no de recursos.

  4. Miremos al vecino
    La reciente victoria del partido de la oposición en las elecciones japonesas el cual desea un acercamiento a China y la sugerencia de una organización panoriental nos indica que posiblemente tengamos un futuro marcado por el mercado oriental. Sería deseable observar las tendencias que, en relación al tema, existan en tales territorios pues la globalización está acelerando el flujo de información y de uso de los recursos naturales. Las relaciones internacionales a todos los niveles y la planificación para conseguir los objetivos del milenio pueden ayudar a disminuir las desigualdades.

  5. ¿Deben los avances científicos tener discución pol
    En relación al foro de debate una ola de ludismo en América latina la autora se plantea que en esta discusión hay más política de la que quiere admitirse, sería realmente interesante establecer cuál es la concepción de la política para esta autora, porque justamente los avances de la ciencia, para que logren un impacto efectivo en la región, deben tener un amplio espacio de discusión política, que permita la confrontación de concepciones sobre aspectos como ¿qué es el desarrollo? ¿A quienes beneficia?¿ Como incide en la vida de las comunidades? entre otros, en los que no solo deben participar los técnicos sino los líderes políticos y las comunidades afectadas. No sé si los temores que se plantean sobre la política, se refieran más a un temor sobre quienes reciben los réditos electorales, que las discusiones sobre el bienestar de las comunidades que conllevan esta discusión.

  6. UNA OLA DE LUDISMO EN AMERICA LATINA
    Verdaderamente la pugna se da porque a mi parecer a veces sucede: A) No estamos bien informados al respecto
    B) Los que deben dar la información no la dan como debe de ser con la transparencia y sinceridad debida
    Es cierto que a veces se mueven muchos aspectos económicos y particulares y cuando afectan a grupos vulnerables como que no le dan la importancia debida que el avance tecnológico se va a dar y debe darse es cierto pero debemos avanzar con cuidado sobre todo teniendo en cuenta los factores de riesgo desde todos los puntos de vista.
    Según el grupo político que ingresa también se mueven una serie de intereses que afectan al bien común a veces antes de brindar el desarrollo.

  7. Ludismo o procesos tecnológicos erróneos?
    Es interesante el articulo que plantea Ana Maria Vara, pero me permito diferir con ella en ciertos aspectos. A mi entender no creo que se una oposicion al avance tecnologico, sino una mayor concientizacion de las personas sobre el mundo que queremos dejar a generaciones futuras sumado a errores en procesos tecnologicos como por ejemplo serias falencias en procesos de extraccion de minerales (lixiviacion, deposición de residuos, etc.) y planes de resguardo ambiental inadecuados en plantas de procesamiento de pasta de celulosa o de procesamiento de uranio. Yo estuve en un equipo de estudio ambiental de detuvo la instalacion de Minas de Uranio por la Empresa Globe Uranium en los valles calchaquies de Argentina y no creo que siempre les haya ido mal a quienes creemos en superar el avance tecnologico mediante un desarrollo sustentable de acuerdo a las condiciones reales existentes. Creo que el avance tecnologico es necesario e imprescindible pero los estudios deben ser mas rigurosos y los procesos deben ser mejor estudiados y adecuados no segun los intereses o la economia de una empresa, sino de acuerdo al contexto e intereses de la region donde se encuentra esta empresa. Quisiera agregar que el litio no es tan imprescindible como parece para la construccion de la nuevas baterias, habria que consultar mejor sobre otros elementos con ese potencial. Respecto al uranio y en contraparte a su producción, estamos viendo por ejemplo en España el gran aumento de la promocion de energias alternativas como la eolica y solar llegando para el 2010 a producir el 20% de la energia total consumida en España. O los expermentos exitosos en Costa Rica sobre el biogas, lo cual constituye un verdadero avance tecnologico adecuado a promover un planeta saludable en base al uso de reciclados. ¿Resistencia a cambios? Yo hablaria de concientizacion, mejor acceso al conocimiento y promocion de la educacion ambiental en America Latina

  8. Hola: quiero hacer mi comentario respecto a lo que he leido. La verdad, no conocía la tematica. Hago parte de la sociedad civil y siento con temor que nuestras regiones, nuestros grupos etnicos, nuestras localidades jamás logran entender lo que se teje en las esferas mas altas de la sociedad del conocimiento, la tecnología y la innocación. LO que sabemos es de inform aticas, moviles, celulares y otros aparatos de juego pero no alta tecnología que busca explorar los recursos con otros fines.

    De todas formas, reconocemos nuestras ignorancias y las pocas visiones de mundo que tenemos y lo que puede ocurrir si nuestros gobiernos permiten la entrada de este tipo de tecnología que solo buscan la alteración de unos sitemas tradicionales, que de cierta forma nos pemiten habitar en reciprocidad con las formas naturales de vida.

    Me quedo preocupado porque en nuestras comundades se perfinal una explotación a gran escala de petrolio sin que exista una politica de autoregulación para el manejo sostenible de la naturaleza. Lo que vemos, es unicamente la instalación de una plataformas tecnologicas para este fin, observar cno asombro, los grandes tanque que se desplazan llevando artefactos para la explotación y el extractivismo de nuestros recursos. Además, vemos la forma como se apropian de los terrenos para esta explotación y la forma como sumen a estas comunidades a dádivas, o llamadas regalias que no llegan a su destino social, sino al Bolsillo de los gobernantes de turno.

    Que futuro nos espera si lo único que manjena nuestros jóvenes son los celulares, con los oidos tapados escuchando musica, y no escuchando y leyendo lo problemas que se asoman como olas que dejan extragos.

    Hector

  9. LA ERA DEL LUDISMO
    Como era de esperar la sociedad sumida en la desesperaciòn por el avance tecnologico y cientifico de las naciones industrializadas y por otro, los hambrientos y necesitados de esas herramientas para su adelanto, instrumentos de gestiòn indespensables, son beneficiados cuando la inmensidad de los recuros naturales son de gran utilidad para estos, en los pueblos se ven desarrollados pero siempre tendientes al LUDISMO, en todos los campos y en todas la edadaes.

  10. Sobre la política
    Estimada Gladys Rubiano,

    Pareciera que el estilo un poco neutro que me impuse para la escritura de la columna le ha dado a mi texto cierta ambigüedad.
    En realidad, pienso exactamente lo mismo que plantea tu mensaje: que el desarrollo e incorporaciòn de tecnologìas deben discutirse en la esfera pùblica en el sentido habermasiano que es, como sabemos, una esfera eminentemente polìtica.
    Êse es mi argumento desde el comienzo de la columna, cuando hablo del ludismo original, y sostengo que no se trataba de personas que se oponìan a la tecnologìa en sì misma, sino de trabajadores organizados que vieron sus puestos de trabajo amenazados por la mecanizaciòn, y salieron a reponder a esa amenaza. La Revoluciòn Industrial trajo una nueva era de acumulaciòn de capital, y les preocupò muy poco a los capitalistas (y a los actores gubernamentales que resultaron sus aliados) què pasaba con la suerte de los trabajadores.
    Creo, por otra parte, que las acusaciones de \»ludismo\» en el sentido peyorativo que esta palabra tomò posteriormente se basan en visiones tecnocràticas que, de manera interesada, intentan ocultar la polìtica que està detràs (o junto a) todo desarrollo o incorporaciòn de tecnologìas.
    Por eso, en el ciere de la columna, digo que en estas cuestiones hay màs polìtica de la que quiere admitirse. Es decir: hay màs polìtica de la que quieren admitir los que acusan de irracionales a los grupos sociales que reclaman una discusiòn pùblica sobre las nuevas tecnologìas.
    Te agradezco mucho tu comentario porque me hizo reparar en la posible ambigüedad de mi texto, y me dio la oportunidad de explicitar màs claramente mi posiciòn.
    Recibe mis saludos,

    Ana Marìa Vara

  11. Los saberes de la sociedad civil
    Estimado Hèctor Trejo Chamorro,

    Si me permite, una luz de esperanza. En los casos que he investigado con mayor profundidad y en la bibliografìa que he consultado sobre otros casos, he encontrado que, en realidad, la sociedad civil sabe mucho, en diversos planos del conocimiento.
    Repetidamente, se ha visto que los grupos de base (asambleas ciudadanas, vecinos autoconvocados) tienen la capacidad de identificar los riesgos cientìfico tecnològicos de manera bastante sofisticada. Y son capaces de organizarse para buscar y producir conocimiento. Tambièn son capaces de enrolar a expertos, como cientìficos del sistema pùblico o de las ONGs, entre otros, para que produzcan el conocimiento que los promotores del proyecto no han produdido, o han producido de acuerdo a sus intereses.
    Los ejemplos son innumerables. En la bibliografìa en inglès, hay categorìas como \»lay epidemiology\» o \»popular epidemiology\» o, màs recientemente, \»street science\» para referirse a estos saberes expertos que llkegan a tener los no expertos.
    La clave està en la capacidad de organizarse como grupo, de identificar la amenaza y de ir incorporando aliados, en funciòn de los objetivos del grupo.
    Le envìo mis cordiales saludos,

    Ana María Vara

  12. Ludismo en Latinoamerica
    En cuanto a la resistencia a cierto tipo de tecnologías, no creo que debamos llamar ludistas a los opositores, porque aunque es cierto que existen intereses politicos en la región, también existe preocupación por el medio ambiente y la calidad de vida de las personas, en particular el caso de la soja transgénica, los ludistas se oponían a la tecnología por considerar que atentaba contra la capacidad laboral y creativa del hombre.
    En el tema de los biocombustibles y la implementación de métodos que garanticen la obtención alternativa de energía si creo que los temas políticos tienen bastante peso sobre las decisiones que se toman.
    Hablando de mí país, Paraguay, las minorías étnicas no son escuchadas ni siquiera en sus reclamos más básicos, por tanto no tienen la mínima posibilidad de participación.

  13. Lotería y Casinos
    Es de suponer que las multinacionales y las explotaciones exportadoras de bienes primarios debieran ser pacientes. En un par de generaciones de escolares, la sociedad argentina en general habrá olvidado cuáles son las bases de la física, la química y la biología gracias a las reformas llevadas a cabo en los en la gestión de los curriculares. Por lo tanto será posible que al gente sea capaz de aceptar la polución o ceder tierras fiscales para residuos tóxicos a cambio de algún estipendio tipo beca desarrollar el ludismo pero de la Lotería y Casinos como una forma de movilidad y ascenso social.

  14. Ludismo versus Giladas
    La confrontaión de las ciencias sociales versus las ciencias exacta en Argentina es proverbial hasta el punto de producir y distribuir ignorancia envasada a través de los medios de comunicación. La ecuación económica visible es cambio de materia prima por contaminación: conocimientos básicos en química de secundaria pre-noventa lo confirma. Salvo, claro está que las combinaciones REDOX sean falsas, Gay Loussac haya sido refutado y las probabilidades sean un jueguito para insomnes que superaron el SUDOKU. Los economistas con voz nunca dicen cuántas fuentes de trabajo se generan en los países centrales con los bienes primarios que se \\\\\\\»exportan\\\\\\\»: minerales, pesca, pasta de celulosa, etc. mientras en América Latina el ! desempleo es un mal endémico desde la época del Potosí. Conclusión: el ludismo, en todo caso, es la legitimación para combatir y desarmar las protestas de gente que además de no poder conseguir nunca un mísero empleo encima deberán convivir con desechos de todo tipo. Así que los muchos Phd y otros doctores de la ciencia que bregan en Argentina por el desarrollo y la lucha contra el desempleo… lo hacen, pero en los países que compran los productos primarios. Salvo, claro está que Leontief (economista) sea un dinosaurio, las concentraciones de ácidos y otras sustancias tóxicas producto de procesos industriales probadamente contaminodores sea parte de la mitología californiana o de los brujos de Detroit o el Valhala Noruego… se sabe que los debates amenizan como antes lo era el té canasta de las familias educadas.

  15. Para una propuesta tecnológica alternativa
    En tanto no planteen alternativas tecnológicas concretas, las posturas que se oponen a la tecnología considerada en conjunto están destinadas a pasar con más pena que gloria. Es cierto que existe un discurso bastante arraigado que ve en la tecnología actual los \»pecados de origen\» de su padre, el capitalismo moderno. Sin embargo, eso no debería llevarnos a descartar lo tecnológico como un todo. La tecnología es el medio principal a través del cual podemos actuar sobre el mundo en nuestro beneficio; en otras palabras, la tecnología nos abre un campo de posibilidades potencialmente inmenso. De lo que se trataría, entonces, sería de reclamar por la apertura de espacios de discusión acerca de lo que pretendemos de la tecnología. Si es cierto que ésta abre un espacio de posibilidades, no lo cerremos de antemano con una postura que sólo se limite a ver en ella sus aspectos negativos. Luchemos, en cambio, por abrir simultáneamente la puerta de las instancias en las que se toman las decisiones tecnológicas, para que nuestra voz sea oída y podamos discutir, de la manera más amplia posible y entre un mayor número de personas, qué alternativas son las mejores para todos.

  16. Todo en America latina es inequidad
    Lo que dice la investigadora en su conclusion no solo se aplica a la cuestión de la resistencia a la innovación. Cualquier tema relativo a América Latina gyuarda relación con la injusticia social y los desniveles sociales en los que estan inmersos nuestros países, de forma que hablar de resistencia a la ciencia como un problema político se aplica también al problema del hambre, al problema de la educación, a cualquier síntoma de los que nos convierte a los lationamericanos en una región condenadaa al tercermundismo.

  17. Política y Tecnología
    Creo que el artículo, y en particular la respuesta que la autora da a la forista Gladys Pubiano, pone de relieve un aspecto fundamental de la cuestión: el carácter político de la oposición a ciertos emprendimientos científico-tecnológicos en América Latina. En mi opinión, no es una nueva ola de ludismo la que recorre a América Latina, sino que emergen conflictos políticos donde el componente tecnológico tiene un lugar destacado.
    No comparto la posición positivista que descalifica a estos cuestionamientos al acusarlos de necia oposición al progreso, como tampoco comparto aquellas posiciones ilustradas que consideran que sólo se trata de falta de conocimiento y educación por parte de los opositores, y mala aplicación de las tecnologías –impolutas según esta perspectiva- por parte de quienes las llevan adelante.
    En mi opinión, toda tecnología es un artefacto social, que está inserta en una trama social, y como tal, no escapa a los conflictos políticos que constituyen a la sociedad. En particular, a las sociedad complejas, democráticas, de la modernidad tardía, como quieran llamarla. Considero que los debates suscitados en Europa en torno al Technology Assesment (TA) y a la participación pública en este tema, ponen de relieve este asunto. En mi opinión se trata de empoderar (horrible castellanización del empowerment anglosajón) a la ciudadanía para poder participar en estos debates. Esto, sin dejar de reconocer que el conflicto es constitutivo de nuestra sociedades, y que pone de manifiesto las distintas asimetrías que nos atraviesan. Con respecto al ejemplo de la minas de Litio en Bolivia: ¿Acaso los autos eléctricos van a salvar a los EEUU del oil-sickness que los afecta? ¿O acaso un nuevo desarrollo tecnológico –el automóvil eléctrico- traerá aparejado redes de suministro, explotación de RRNN, y determinados arreglos institucionales que a su vez generarán nuevos conflictos y actores sociales y políticos?
    Esta es mi opinión, y los invito a continuar el debate. Saludos!

  18. ¿Una ola de ludismo en América Latina?
    Ante tal pregunta, un intento de respuesta: Puede que sí y, ¿por qué no?
    Los movimientos de trabajadores que defienden sus lugares de trabajo o los movimientos indígenas, pueblos originarios, asambleas ambientalistas y muchos otros que se han ocupado históricamente de luchar y resistir aquello que los condena a desaparecer (desaparecer como, justamente, lo que los identifica colectivamente: trabajadores, condenados a perder su trabajo, pueblos originarios que, cada vez más, dejan de serlo pues pierden la posibilidad de vivir en y de sus tierras, etc) y de poner sobre la mesa las problemáticas que muchos otros se niegan a hacer públicas.
    Si con ludismo queremos referirnos a quienes se oponen per se al uso y aplicación de la tecnología, bien, usemos este término. Ahora, si esto es así, deberíamos intentar acuñar un nuevo concepto para quienes, al resistir a aquello que dichas “nuevas tecnologías” tienen de negativo sobre el medio ambiente, el mercado de trabajo, etc., proponen salidas alternativas y superadoras. De estos hay pocos seguramente pero creo tiene que ver más con una cada vez mayor privatización (opuesto a lo público) del conocimiento y a una cada vez más unilateral forma de construcción de conocimiento que deja a una inmensidad de sujetos y grupos sociales fuera de la construcción, discusión y socialización de dichos conocimientos.
    Que hace falta debate público y una seria política de socialización del conocimiento acerca de las nuevas tecnologías y de los problemas o riesgos que su implementación puede traer aparejada, parece ser un acuerdo entre quienes comentaron en líneas más abajo. ¿Cuándo será el momento de pensar las formas socializar la propia forma de la construcción de conocimiento para poder dejar de hablar de movimientos de pura resistencia y oposición a movimientos que producen y generan?

  19. Me parece un artículo interesante y felicito a su autora por abordar esto temas tan importantes en el mundo de la ciencia y la tecnología. Lamentablemente, muchas de las aplicaciones de las nuevas tecnologías no tiene como fin el desarrollo y bienestar de la sociedad en general, sino el beneficios de un pequeño grupo de empresas que poco le importa las consecuencias que la aplicación de esas tecnologías tiene en la salud y le medio ambiente. Creo que ahí radica el rechazo por de algunos miembros de la sociedad en los mismos.

  20. Ante todo quería decir que me parece muy interesante el problema que plantea la autora en este debate.

    Creo que un análisis de la introducción de nuevas tecnologías (o de grandes emprendimientos tecnológicos que no necesariamente involucran tecnologías \»nuevas\» como en las papeleras) no puede obviar el contexto social, económico y político en que se insertan, y en el cual los actores relevantes van más allá de los expertos en sentido tradicional.

    En América Latina las políticas científicas y tecnológicas han ido detrás de una idea de \»desarrollo\», instanciada hoy en el discurso de la economía de la innovación, que -hasta donde puedo ver- suele tratar estos conflictos como posibles externalidades y no como algo intrínseco a la idea de desarrollo que se propicia (alto valor agregado de exportaciones, \»sociedad del conocimiento\»….). En nuestra región además el tema de los RRNN es especialmente sensible, y no necesariamente toda postura en contra de la explotación indiscriminada debe ser pensada como un retroceso o un levantamiento ludita, sino que a veces es necesario algo de prudencia para tener en vista todas las opciones disponibles. Los ecos de la expoliación de la plata de Potosí, no pueden ni deben dejar de estar presentes en el litio de Uyuni.

    Concuerdo con la autora y con el comentarista que mencionaba el Technology Assessment en que estos temas deben ser discutidos en la esfera pública, pues como dice Beck -siguiendo a los frankfurtianos- las decisiones sobre el desarrollo tecnológico se toman en un espacio subpolítico, es decir, un ámbito en el que se toman decisiones políticas pero opaco a los modos de representación democráticos. En este sentido, con un grupo de colegas estamos tratando de pensar la posibilidad de estos mecanismos participativos como el TA en Argentina, y para ello seguro que las reflexiones de este foro nos serán de mucha utilidad.

  21. Informarse para conocer y difundir
    Interesante la problemática que se plantea para debatir.
    Analizar la introducción de nuevas tecnologías debe atender al contexto social, económico y político en que se insertan.
    En muchos lugares las políticas científicas y tecnológicas se han aplicado en función de una idea de \»desarrollo\», sin atender a lo sustentable. La explotación indiscriminada debe ser pensada ¿como un retroceso o una propuesta ludita?
    La prudencia, el respeto deben considerarse a la hora de la toma de decisiones de politicas ambientales.
    Concuerdo con la autora ya que estos temas deben ser discutidos en la esfera pública, pues las decisiones sobre el desarrollo tecnológico impactan en la cuidadanía y en su entorno modificando su calidad de vida.

  22. ¿Una ola de ludismo en América Latina?
    Estimada Ana María
    En lo que me toca particularmente de cerca, porque además de ser docente universitaria hace más de 25 años que trabajo como técnica en la distribución electrica, coincido ampliamente contigo y me explayaré un poco en los tópicos sobre los que más puedo aportar por mi expertis: biocombustiles, energía nuclear y tendidos eléctricos.
    Me llamó la atención el término “ludismo”, y coincido con la idea que “engloba la oposición a la nueva tecnología y al impacto que esta significa.
    Por mi función he debido trabajar como técnica del estado codo a codo con varias ONG y acá es donde quiero detenerme.
    Existen dos tipos de ONG, las serias y las no serias.
    Dentro de las primeras encontramos aquellas que defienden el interés de la comunidad, es decir el bien común frente a los propios intereses sectoriales y por defecto las otras defienden sus propios intereses frente a los de la comunidad.
    Entre las primeras me refiero a instituciones que defienden por ejemplo, al usuario eléctrico, pero que comprenden que cuando la tarifa está muy atrasada se debe incrementar de modo razonable, ya que si la desinversión continúa se pone en riesgo la prestación del servicio, siendo precisamente los sectores más vulnerables los primeros afectados.
    Entre las segundas, me refiero a aquellas ONG que buscan “llevar agua a su molino” a costa de perjudicar el beneficio de la sociedad en su conjunto. A aquellas que, a modo de dogma, defienden la “pureza del agua” y sus dirigentes transitan en 4X4, no por las reservas ecológicas, pero sí por los pueblos cercanos explotando indiscriminadamente el turismo y generando problemas de expansióon descontrolada de servicios públicos. Concretamente me refiero a una Audiencia Pública a la que me tocó asistir en el sur de la Provincia de Mendoza, donde algunas de estas instituciones “poco serias” “recitaban dogmas” impracticables sobre el medio ambiente cuando impulsaban (con sus consumos energéticos elevados), demandas de energía eléctrica crecientes que sólo se pueden satisfacer con energías como la nuclear a la que ellos mismos temían.
    Me refiero concretamente a esa situación, ya que el polo turístico de mi provincia es el Departamento de San Rafael que, paradójicamente se transformó en virtud de las grandes explotaciones hidroeléctricas en la zona de “embalses” que fue la cuna de las actividades turísticas y deportivas.
    Me refiero a un sur de la provincia que lleno de “saltos” y ante la inexistencia de un sistema interconectado nacional de energía eléctrica, convertía a San Rafael en el proveedor provincial por excelencia de energía hidroeléctrica “barata”, aunque en 1940, no se conocía la palabra ecología, menos contaminante.
    Así esos saltos fueron transformados en embalses creados NO para riego sino para generación eléctrica y como sub-producto, explotados para actividades deportivas, posteriormente turismo y hoy ecoturismo.
    Ellas se convirtieron con el tiempo en ciudades que recibieron inmigración interna desde las grandes ciudades capitales (Mendoza, Córdoba, Buenos Aires), de gente que venía huyendo que las mismas, pero que no estaba dispuesta a modificar su estandar económico ni de confort, es decir gente que llegó en 1970 al Sur mendocino, que se convirtió en los empresarios que viven del turismo de la región a la cual han hecho crecer económica, social y turísticamente hasta posicionarla como centros turísticos internacionales, pero hoy se asustan de poder perder esa imagen “pristina” ambiental, frente a las mismas necesidades energéticas por ellos generados, entonces alientan entidades medioambientales destinadas a defender sus propios intereses y no los de la comunidad en su conjunto.
    En paralelo hay un cambio de política que ha transformado en los últimos veinte años la energía llevando la prestación del servicio público de agua, electricidad, etc, de gestión pública a gestión privada, lo cual en teoría debería funcionar, pero en la práctica la “juventud” de las respectivas regulaciones pareciera que no brindan las respuestas en el tiempo acorde a las necesidades, etc, etc.
    En definitiva, parecería que estos “ruidos” no hacen otra cosa que perjudicar los medios de vida de los sectores más vulnerables que a su vez son “utilizados” por los grupos interesados en pro de sus propios intereses.
    Parecería, en este escenario, que el rol de los estados provinciales, nacionales y municipales y de las instituciones académicas, que tomaron conciencia e intentan responder, sería el de “educación pedagógica y andragógica” en estas problemáticas, formando ciudadanos actuales y futuros que puedan justipreciar el impacto de la incorporación de nuevas tecnologías, pero NO una vez ocurrido, sino prevenirlo.
    En este sentido coincido contigo respecto de la NO LINEALIDAD del fenómeno y sobre que en la actualidad la regulación, puede moderar su impacto, pero tiene mucha inercia (porque no debemos olvidar que el rol o función regulatoria es un niño en nuestras sociedades, la defensa del consumidor también lo es.
    Coincido en que la noción de “controversia tecnológica: ambientalismo” fue introducida en los tempranos 70s, pero no con compromiso, sino como moda. Recuerdo que en los ’80 yo era estudiante de ingeniería y aún se consideraba como ventaja comparativa para la instalación de las grandes empresas “contaminantes”, las menores trabas regulatorias de la región. Y cuando me refiero a que se consideraba, me refiero a la bibliografía que enunciaba la ventaja comparativa de legislaciones menos exigentes en américa latina.
    Mucho después y quizás con el avenimiento de las democracias latinoamericanas, actores no expertos, comenzaron a cuestionar y afectaron con sus acciones públicas la decisión de actores expertos. Sin embargo, reitero, aún no se ha llegado a una depuración de actores NO expertos que breguen por el interés común y no sus propios intereses, porque sino existe el peligro que estos NO expertos que desconocen los temas técnicos con la profundidad necesaria – porque por otro lado tampoco tienen los medios para investigar- manejen con sus “acciones públicas”, las decisiones que deben ser tomadas por los estados a su antojo y en el peor de los casos, cuando hablamos de ONG inescrupulosas, en por de sus propios intereses.
    Gracias a Dios, existen muchos líderes de ONG de conductas intachables, pero reitero, no son todos, por lo que, los estados municipales, provinciales y nacionales, no pueden caer en el otro extremo de dejar entorpecer su funcionamiento y ponerse a merced de estos grupos.
    En eso los estados deben responsabilizarse de el aprendizaje andragógico, quedando para las instituciones educativas y de investigación, la difusión de estos temas en los alumnos e introduciendo en las currículas los temarios correspondientes, pero no como materias optativas
    Respecto de el origen de la controversia, no creo que se suscite debido a las diferentes perspectivas sobre el problema, ya que hoy todos los emprendimientos son sometidos a un estudio de impacto ambiental, es decir trabajan en términos de un cálculo de eficiencia que incorpora los costos “ambientales” y los cuantifica, el tema es que en esa cuantificación aún lo existen demasiados acuerdos.
    En este sentido, al igual que la calificación de los alumnos en las aulas, donde el profesor continúa siendo el “termómetro” de la calificación del alumno con sus subjetividades, coincido que los costos “ambientales” pueden ser “cuestionados”, pero esto no indica que no se consideren ni que existan dos perspectivas. La perspectiva es la misma, ya que los costos son corregidos por la evaluación de impacto ambiental “EIA”, el tema es que NO existe acuerdo aún sobre esa evaluación, que aún está en un estado de evolución más artístico que científico. Es decir se incluyen los impactos sociales y ambientales, pero su cuantificación es la que se discute.
    Coincido que estos elementos están presentes en las controversias de la región, así como también el enfrentamiento entre usuarios y empresas, e inclusive entre pequeñas y grandes empresas eléctricas o de cualquier otra actividad y esto se origina, tal como vos lo afirmás en la “desigual” distribución de riesgos y beneficios entre los actores de cualquier actividad. A esto permitime que agregue en la “desigual percepción” de distribución de riesgos y beneficios entre los actores de cualquier actividad, ya que al estar en discusión un “valor” aún no mensurable, debemos hablar de percepción.
    Volvemos al problema de cuantificar una cualidad. Ojo no reniego de la cuantificación, simplemente digo que el estado del arte de esta cuantificación, aún NO ha desarrollado los instrumentos suficientes para bridarle mayor objetividad y las aún imperfectas regulaciones no brindar aún respuestas al respecto.
    Coincido contigo, sobre que el panorama en américa latina se agrava con el avance irregular (es decir no regulado) de los ductos por terrenos fiscales y no fiscales. Acá “agrego” a tus dichos, la persistencia de las empresas “neo” o “proto” feudales; la debilidad de los gobiernos frente a las transnacionales y lo que es más lamentable a las no tan transnacionales, es decir a las nacionales, porque estados debilitados son vulnerables a las presiones de empresas cada vez de menor envergadura; la precariedad “y juventud” de los sistemas regulatorios, poco preparados para lidiar con cuestiones técnicas “tan complejas y MUTANTES”, derivando todo en una judicialización que se transforma un calvario eterno para los actores en conflicto; las inequidades que se presentan entre usuario del servicio público y empresas prestadoras, la aparición de subsidios cruzados que perjudican a determinados grupos empresarios agro industriales, ya que en un análisis simplista se asume que el que produce “se está enriqueciendo”, no distinguiendo al empresario por su escala, ni tampoco por la cantidad de mano de obra que ocupa, etc, etc.
    Coincido contigo que en un contexto de demanda creciente de commodities de TODO tipo, incluida la electricidad, ya que hoy esa actividad NO está exenta de importación, exportación a países limítrofes, donde se aumentan las presiones para incrementar la producción y las ganancias, tensiones se exacerban perjudicando principalmente a los sectores de mayor vulnerabilidad. En este sentido coincido contigo que hay ciertas actividades que se estigmatizan, demonizan, se construyen en el imaginario popular como amenazas, perdiendo de vista el largo plazo. En este sentido América Latina, no debería caer nuevamente en simplificaciones de la realidad que nos hagan perder nuestros objetivos estratégicos. En este sentido es mi percepción que como cualquier modelo “imperfecto”, el mismo NO representa al fenómeno real y por lo tanto la extrapolación de conclusiones en cualquier sentido es irresponsable y muchas veces perjudica en el “curso” al sector que se pretende defender en el “discurso”. Es decir un “master frame” tan protagónico, puede palidecer y hasta ocultar la verdadera obra (de arte).
    Coincido contigo respecto que nuestros “condimentos” regionales necesariamente alteran nuestra percepción, utilizados en su justa medida pueden enriquecer el sabor sin embargo consumidos en exceso son perniciosos, el problema es que en estos asuntos el estado del arte no ha llegado al nivel de desarrollo que nos garantice la objetividad en estos temas.
    Aún no hay recetas y eso asusta.
    Tal cual como vos afirmás “en la historia de los ludistas originales… hay mucha más política de la que quiere admitirse”. Pero ojo política partidaria no de estado.
    En síntesis:
    Hay en la región resistencia a ciertas tecnologías en particular y el papel de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales es el de educación.
    Los gobiernos a través de sus organismos técnicos deben difundir los estudios para transformar las percepciones en “parámetros” y a través de sus ministerios de educación, trazar políticas educativas que involucren asignaturas que enseñen a los futuros ciudadanos a justipreciar estos problemas y a no dejarse influir por lo que dicen los medios de comunicación. Los científicos y técnicos del sistema público tienen que abandonar el temor a la difusión, ya que están acostumbrados a hablar en jergas para que la sociedad no les entienda y así puedan mantener su status quo. No se dan cuenta que sus catedrales se derrumban y por más que pretendan sostener las mismas con sus manos están siendo aplastados. Tienen que moverse de la cultura de la soberbia, que tan útil fue para la supervivencia del estas instituciones a la cultura de la comunicación, porque si no lo hacen lo mismo van a sucumbir, la cultura de la soberbia, gracias a Dios y a Internet hoy ya ha permitido que descubran a los tecnócratas. Su única salida digna, la “puerta dorada”, como se llama en negociación, la salida “elegante” es la difusión del conocimiento científico y técnico. En cuanto a la sociedad civil, debe ser menos ingenua, más crítica, no tan “fashion”, ya que consume modas y más solidaria con las minorías étnicas o mejor dicho “sectores más desprotegidos” ya que siempre son los más afectados. Ver video TN.com.ar Monseñor Casaretto.

  23. La riqueza de la experiencia
    Estimada Cecilia,

    Realmente, tu comentario da entidad y espesor a muchas observaciones generales de mi texto. Son varios los puntos relevantes que acercás.
    En primer lugar, la cuestión de las ONGs. Efectivamente, no son todas iguales. Y, como se deduce de tus observaciones, están fuera de cualquier evaluación formal. En principio, sólo son juzgadas por la opinión pública, una entidad hoy bastante resbaladiza, dada la desigual situación de poder del periodismo frente a las oficinas de prensa, además de las propias fallas de nuestros medios. En muchos casos las ONGs tienen fondos internacionales, por lo cual la opinión pública local no las afecta (salvo en el caso de que el rudio sea tan grande que llegue a sus \»casas matrices\»; no conozco muchos casos de estos).
    Indudablemente, toda ONG tiene su propia agenda. El hecho de que conceptualmente sean parte de la sociedad civil tampoco las pone a salvo de intereses.
    El segundo punto que me parece importante de tu comentario es la cuestión del turismo, que a veces se ha se presentado como una solución al problema ambiental (al ofrecer la promesa de generar puestos de trabajo preservando el ambiente) pero que no por eso deja de tener el potencial de convertirse en problema. El caso que contás se parece mucho a una discusión a la que asistí en Quito sobre las Galápagos. El éxito no implica que esos recursos generados se usen para promover mejores formas de auto-regulación sino que muchas veces conlleva el sobre-uso.
    Finalmente, tus observaciones sobre las limitaciones de los estudios de impacto ambiental dejan de manifiesto, nuevamente, la complejidad de la problemática.
    Tu comentario deja claro que, lejos de representar una historia de buenos y malos, las controversias ambientales ponen en escena una compleja dinámica entre actores con diferentes saberes, valores e intereses, así como con una desigual capacidad de incidir en las decisiones. También que, más allá de las declaraciones prometedoras de la Constitución, no hemos desarrollado en la Argentina mecanismos equitativos y eficaces para resolverlas.

  24. LA CLAVE ESTA EN LA EDUCACION FORMAL
    La clave esta sin dudas en la educacion pero como es de publico conocimiento en america latina y en especial en nuestro pais argentina la falta de una verdadera politica educativa hace que estos temas queden fuera de la agenda de discusion, aqui estamos todavia muy lejos de producir una conciencia ambiental real, ya que, ni siquiera sabemos que solucion darle al sistena educativo totalmente colapsado, por lo menos desde el sistema formal de enseñanza la educacion ambiental esta lejos, como para pensar en un verdadero cambio conceptual.Por supuesto no debemos dejar de lado por su tarea de concientizacion a los organismos privados, los cuales siempre terminan haciendo las cosas que deberia hacer el estado.

  25. oposición a la tecnología en bolivia
    En Bolivia, al norte del departamento de cochabamba, en la regiòn central de bolivia, està situado el TIPNIs (territorio Indigena y Parque nacional Isiboro secure). A travès de este parque el gobierno boliviano intenta construir una carretera que vincule los coredores bioceanico y corredor norte, ambos proyectos del IIRSa (Iniciativa para la integraciòn en infraestruictura regional sudamericana). Las poblaciones del lugar se hallan en una exaustiva campaña de rechazo a esta carretera con el apoyo de civiles de varias ciudades de Bolivia. Este es otro caso en que la propuesta de desarrollo, y el avance de la tecnologìa entran en choque con las poblaciones y la naturaleza del lugar. aunque no se ha sucitado un caso de ludismo, en que las personas afectadas se enfrenten directamente con las tecnologias que las agraden, considero que este ambiente se ve generalizado en latinoamerica. las propuestas de desarrollo y las necesiadaes del mercado mundial (entiendase las necesidades de la banca iinternacional y las empresas `principales del planeta)han incrementado su acciòn en la regiòn y han orillado a muchas poblaciones a iniciar acciones en contra del desarrollo tecnologico. este rechazo se vera incrementado en la medida en que sus planes se vean incrementado. y su radicalidad ludita dependera, probablemente, de cuan agresiva resulta la tecnologia para los cuerpos de los pobladores afectados. sj

  26. no es ludismo
    Para las cosas que menciona la profesora Vara, el concepto de ludismo no se ajusta a la realidad, el ludismo es una reaccion de los trabajadores, ante la incorporacion de las maquinarias en las fabricas, y el desplazamiento de los trabajadores , en los inicios de la revolucion industrial. ese ludismo primitivo se origina por el desconocimiento de los obreros de las formas de organizacion y de explotacion de la fuerzas de trabajo,causada por los empresarios, desde la lógica empresarial se sabe que la maquina era más rentable y produciria mas que contando con un conglomerado humano.las maquinas representaron el progreso y desarrollo tecnologico de su tiempo, es un recuros para poder desarrollar los procesos productivos, el error consistió en echarle los despidos y el desplazamiento de los trabajadores a las máquinas, cuando era un problema de organizacion de los procesos de producción.Lo que menciona como ludismo la doctora Vara, no son más que respuestas a la explotación no en si a la maquinas o a los equipos que emplean las empresas.por ejemplo si un grupo de personas se opone a la explotacion minera a cielo abierto, los elementos que se toman no son la oposicion total a la tecnologia , sino a las consecuencias de la extraccion, como es la destruccion de la naturaleza, la contaminacion con cianuro, o mercurio, la lucha no es contra las maquinas s contra aquellas acciones que atenten contra la naturaleza, bien en que la extraccion provoca un desequilibrio en las formas de recibir ingresos, ejemplo ?cuanto le toca a la empresa y cuanto al país dueño del recurso?.

    A nivel de conocimiento cientifico, tecnologico , se pueden observar diferencias entre las ciencias un ejemplo puede ser el transporte de materiales radioactivos por una ciudad, donde los cientificos de las ciencias natuales y exactas nos dicen que no causará ningún problema a las persona, y por el otro están las ciencias sociales que son la que alertan a la personas de los posibles riesgos contra el ambiente , y las personas.

  27. Proyectos de Ecoturismo
    Seria bueno que la gente se asocie para trabajar cooperativamente ya que el turismo no solo es extrajero sino tabien local, que puede ser de vacaciones o de negocios, ya que en muchos pueblos de latinoamerica los habitantes obtienen sus ingresos en su mayoria de las labores turisticas, y todo esto como una alternativa para su desarrollo socio-economico. En muchos de los casos el ecoturismo esta tomando ventaja para captar la atencion de los turistas como en http://tours.evocero.com , y ademas lugares simples pero unicos en el mundo en donde los turistas puedan llevarse una buena perspectiva del sector y atraer mas turistas con su buena recomendacion. Un saludo este es un buen sitio para opinar.

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