EL DEBATE: Universidades y acceso abierto: hora de tomar protagonismo


Por Dominique Babini

Coordinadora del Programa CLACSO Acceso Abierto y miembro del Proyecto Especial Comunicaciones Científicas y Acceso Abierto, Universidad de Buenos Aires (UBA), IIGG, Argentina.

¿Por qué los países y las instituciones deben pagar suscripciones a revistas científicas internacionales para acceder a los resultados de investigaciones que los mismos gobiernos e instituciones han financiado? Se trata de una contradicción señalada por Pablo Jacovkis en este mismo Foro CTS.

¿Por qué los investigadores que piden a las editoriales científicas internacionales que su artículo esté disponible gratis en Internet reciben como respuesta una factura (APC – Article Processing Charges) por publicar el artículo en “abierto”, a valores inaccesibles para presupuestos de proyectos de investigación en la mayoría de nuestros países?

En realidad, nuestra pregunta debería ir más atrás. Deberíamos cuestionarnos por qué las universidades, principales productoras de conocimientos científicos, han cedido hace décadas las comunicaciones científicas en manos de unas pocas editoriales comerciales internacionales que hoy manejan miles de revistas científicas, en un negocio con una ganancia mayor que las industrias más rentables. Y el dinero para pagar el acceso a esas revistas es dinero que sale de los presupuestos de investigación, desde donde se pagan también los sueldos de los autores que publican en esas revistas y los sueldos de los evaluadores de los artículos que se publican en esas revistas.

¿Por qué la misma comunidad científica internacional no puede organizarse para gestionar las comunicaciones académicas y la evaluación por pares, sin necesidad de tercerización de los servicios a las editoriales comerciales internacionales?

Hace poco se cumplieron 20 años de la Propuesta Subversiva de Stevan Harnad, investigador de ciencias cognitivas y acceso abierto en las universidades de Southampton, Gran Bretaña, y Québecà Montreal, Canadá. Esta propuesta invitaba a los investigadores a subir a Internet el texto completo de sus artículos publicados y ofrecerlos gratis al público. Un paso más a lo que venían haciendo los físicos, quienes desde 1991 subían sus artículos de investigación en arXiv, un repositorio digital temático en física, matemáticas y computación que hoy tiene cerca de un millón de textos completos y gratuitos. A inicios de los 2000 se acuñó el concepto “acceso abierto” para denominar este movimiento internacional hacia la liberalización del acceso a los resultados de investigaciones financiadas con fondos públicos, ofreciendo el acceso al texto completo y datos de investigación, gratis en Internet.

E Iberoamérica avanzó ofreciendo gratis en internet acceso a revistas científicas y académicas publicadas en la región (Alperín, Fischman y Willinsky, 2011; Babini, 2011), en portales de revistas como SciELO, Redalyc, Latindex, Dialent, e-revist@s y portales nacionales de revistas, constituyéndose en la región del mundo que más ha avanzado en el acceso abierto a su producción publicada en revistas de la misma región. Estas iniciativas contribuyen a multiplicar la circulación internacional de los conocimientos producidos en Iberoamérica.

Falta que aquella producción científica iberoamericana que se publica fuera de la región, en revistas internacionales, también se ofrezca en acceso abierto, pero no cobrándole al autor o a su institución por publicar en abierto, como pretenden ahora las editoriales comerciales internacionales y un 30% de las casi 10.000 revistas de acceso abierto registradas en el directorio DOAJ. Lo que debemos lograr en la comunidad científica es organizar la gestión de las comunicaciones académicas en forma no comercial, para que el conocimiento sea un bien público que pueda gestionarse como un bien común.

Las universidades están en condiciones tener mayor protagonismo en la construcción de un acceso abierto global cooperativo no comercial, sustentable e inclusivo. Pueden:

1) Desarrollar sus propios portales con las revistas que publica cada universidad. Ejemplo: los portales de revistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la Universidad de Sao Paulo y de la Universidad de Chile ya tienen más de 100 revistas propias cada una, gestionadas en plataformas de software libre y gratuito OJS, que permite que esas revistas sean gestionadas en línea, accesibles gratuitamente en Internet y “cosechadas”, visibles y accesibles desde los buscadores comerciales y académicos.

2) En un trabajo en equipo entre biblioteca, área publicaciones, informática, y área académica de las universidades, crear repositorios digitales institucionales que reflejen la propia producción científica y académica de cada institución disponible gratis en texto completo. O sea: tesis, artículos de revistas, libros, informes de investigación, ponencias en congresos, multimedia, objetos de aprendizaje, datos de investigación. Estos contenidos se organizan en colecciones digitales en plataformas interoperables de software libre. Según OpenDOAR, son 420 los repositorios digitales en la región iberoamericana, y los de mayor presencia e impacto web se listan en Webometrics. Con los repositorios institucionales, las universidades están recuperando la capacidad de conocer, gestionar, difundir, brindar acceso abierto y preservar su propia producción. Respaldado en muchos casos por una política y un mandato institucional de acceso abierto que, idealmente, debe exigir el auto-archivo de la producción de la institución y sólo considerar, al momento de evaluar a los investigadores, aquella producción que está en el repositorio. Por ejemplo, la experiencia de la Universidad de Lieja, Bélgica, relatada por su rector, Bernard Rentier.

3) Participar activamente en los sistemas nacionales de repositorios de sus países para
compartir experiencias, infraestructura y recursos, en redes de repositorios a nivel nacional y regional.

4) Impulsar una revisión del sistema actual de evaluación de la producción científica, acreditación universitaria y promoción de investigadores, donde se utilicen indicadores bibliométricos que pobremente reflejan la producción del Sur Global (Guédon, 2011; Beigel, 2013; Vessuri, Guédon y Cetto, 2013; Alperin, 2014; Rietti, 2010). Las universidades pueden aportar una revisión crítica de las actuales modalidades de evaluación y proponer metodologías que evalúen calidad, relevancia e impacto de las investigaciones, más que el prestigio de las revistas donde se publica, según las recomendaciones de la Declaración de San Francisco a la cual se puede adherir sumando una firma.

Si la comunidad científica quiere asegurar el sistema de comunicaciones en acceso abierto que mejor responda a sus necesidades, debe urgentemente adoptar el acceso abierto, y hacerlo en sus propios términos. Si espera hasta que el acceso abierto se consolide, probablemente tenga que aceptarlo en una modalidad menos favorable a sus necesidades (Poynder, 2014).

«La producción académica de nuestras universidades no puede estar subordinada a los intereses o vaivenes del mercado editorial. Son nuestras sociedades las que pagan el trabajo que realizan los académicos en América Latina, no las empresas o el sector privado. Todos (pertenezcan o no al mundo universitario) deben tener derecho a acceder gratuita y libremente a las producciones que las universidades y los centros de investigación realizan. No se trata de generosidad. Se trata de una obligación, de un compromiso mínimo con la defensa del espacio público. Simplemente, porque el conocimiento, en una sociedad democrática, debe ser un bien común»

(Pablo Gentili, Secretario Ejecutivo CLACSO)

Publicado el 21 de octubre de 2014

  1. La propuesta es sumamente interesante, apropiada y lógica; pues las revistas que venden los artículos de autores de diferentes instituciones que hacen investigación no invierten ningún capital en la realización de la investigación misma y además cobran por la publicación. En todo caso no deberían cobrar a quien publica y sólo cobrar a quienes acceden, pero un precio razonable y en relación con los gastos de publicación.
    Por otro lado, al considerar que la investigación en su mayor proporción es financiada por fondos públicos, debiera ser de libre acceso, considerando que la mayoría de la población hace sus aportes a los fondos públicos a través del pago de sus impuestos, por lo que tal acceso debe ser un derecho y no tener volver a pagar por algo que se logró con sus aportes. Por ello, apoyo la propuesta de libre acceso.

    Lucio Encomendero Yépez
    Universidad Nacional del Santa
    Nuevo Chimbote, Perú

  2. Dominique. Estoy totalmente de acuerdo con ello. El problema es que muchos de los investigadores, incluso los que participan como evaluadores en revistas de acceso abierto, condicionan su dictamen al número de citas que se incluyen en los artículos, tomadas de bases de datos comerciales, a las que hay que pagar por consultar. Con ello se fomenta la idea de que un artículo es de mejor calidad solo por que las citas o fuentes que le respaldan vienen de revistas de acceso restringido («journals»). Nada tan erróneo como ello. Este mito, fuertemente arraigado en el imaginario colectivo, es llevado al terreno de los estímulos otorgados en las instituciones de educación superior en América Latina, donde el «valor» de un artículo se eleva por esta condición, y con ello se tiene una falsa sensación de «logro académico» que brinda prestigio al investigador. Mucho habrá que hacer para corregir esto. Saludos.

  3. Dominique: mis 50 años de trato con la ciencia y la técnica hacen que coincida totalmente con tus palabras, sin dejar de notar que se ha llegado a esta situación por carencia de compromiso ético en la gestión de los organismos de I&D.

  4. Creo que las universidades argentinas están transitando el camino del acceso abierto a la producción científica, quizás no con el ritmo deseable, pero sí con firmeza en las acciones que se llevan adelante. En el caso de mi Facultad (FHyCS-UNaM), por ejemplo, desde el año pasado hemos avanzado con la puesta en web de la revista digital «La Rivada» http://www.larivada.com.ar/, y el repositorio «Argos» http://argos.fhycs.unam.edu.ar/, Ambas iniciativas de mi gestión al frente de la Secretaría de Investigación y Posgrado, finalizada en julio del corriente.

  5. Gracias Lucio Encomendero Yépez (Perú) por su comentario. Justamente porque las editoriales académicas comerciales internacionales no mantuvieron precios de suscripciones a las revistas en niveles razonables y relacionados con los costos de publicación, es que surgió el movimiento de acceso abierto. Felicitaciones a su país que logró la aprobación de la ley de acceso abierto en 2013 y que está desarrollando el repositorio digital nacional ALICIA <http://alicia.concytec.gob.pe/alicia/> con la participación de varias universidades del Perú.

  6. Gracias Manuel Villarruel Fuentes por describirnos circuitos negativos en los procesos de evaluación que no ayudan a valorar los artículos por su contenido sino más bien por su vinculación con bibliografía de bases de datos comerciales, diría también dejando a veces de citar colegas de la región pertinentes al tema, por temor a no ser evaluado favorablemente. Como usted dice, hay mucho por hacer para corregir situaciones resultado de utilizar para la evaluación indicadores que muy pobremente reflejan la producción de la región.

  7. Gracias M.C.Hepburn por participar en este intercambio de ideas sobre el tema de la nota. Hemos recorrido tantas décadas de comunicaciones científicas «cerradas», donde se ha naturalizado un sistema de pagar por acceder a la investigación financiada con fondos públicos y de evaluar a nuestros investigadores con indicadores construidos sobre conjuntos de revistas que poco representan a la región (en WoS de Thomson Reuters sólo hay 5% de las revistas de calidad de América Latina detectadas por Latindex, y en Scopus sólo 15%), que ahora que descubrimos con la web que podemos publicar en acceso abierto, está más claro que hay un compromiso que no hemos cumplido y surge el tema ético, la necesidad de brindar acceso libre a la investigación financiada con fondos públicos y de complementar los indicadores tradicionales de evaluación, con nuevos indicadores desde el acceso abierto (este libro en inglés que acabamos de publicar saldrá en español en poco tiempo http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20140917054406/OpenAccess.pdf). Me pregunto si el cambio cultural necesario llegará en esta generación o llegará de la mano de nuevas generaciones de investigadores con menos compromisos con los sistemas tradicionales.

  8. Comparto Belarmina Benítez que las universidades argentinas están transitando el camino del acceso abierto desarrollando repositorios digitales para dar visibilidad y acceso abierto a su propia producción, y ahora ese camino se ve respaldado por la ley de acceso abierto aprobada en Argentina en 2013 <http://repositorios.mincyt.gob.ar/recursos.php> que exige que toda producción financiada con fondos públicos esté disponible en repositorios de acceso abierto. Gracias por compartir el ejemplo del repositorio de la FHyCs-UNaM para los lectores que pueden ver así un ejemplo del tipo de contenidos en un repositorio universitario. Para los lectores interesados en ver qué repositorios digitales existen en su país, pueden consultar en

  9. Felicitaciones por el articulo Dominique.
    En el Perú, la creación del Repositorio Nacional Digital en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) de Acceso Abierto, el 5 de junio de 2013 por Ley N° 30035 establece el marco legal para generar los mecanismos necesarios que solucionen el problema de la falta de visibilidad de la producción científica nacional, lo cual a su vez, permitirá el acceso abierto a este tipo de información y con ello mejorar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en el Perú.

    En el Repositorio Nacional, denominado ALICIA (Acceso Libre a la Información Científica, disponible en http://alicia.concytec.gob.pe), se centraliza la producción académica y científica nacional en un solo lugar, y desde allí promueve, apoya y facilita la adopción de la iniciativa de acceso abierto para aprovechar mejor la producción de los investigadores peruanos. El Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (CONCYTEC), en su calidad de organismo rector del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SINACYT) es el responsable de la implementación y difusión del Repositorio Nacional ALICIA.

    Hasta la fecha (Octubre 2014), el Repositorio Nacional ALICIA, ha logrado cosechar 21 repositorios institucionales interoperables, obteniendo un total de mas de 22,200 publicaciones que se encuentran disponibles en acceso abierto. El CONCYTEC brinda apoyo técnico y capacitación en temas relacionados a herramientas tecnológicas para la implementación de Repositorios institucionales, derechos de autor y propiedad intelectual a las instituciones tanto en Lima como en Regiones.

    El Repositorio Nacional ALICIA se conecta con la Red Federada de Repositorios Institucionales de Publicaciones Científicas (LA Referencia), lo cual permite aumentar la visibilidad de la producción científica Peruana a nivel internacional. Finalmente, cabe destacar que el Repositorio Nacional ALICIA ha sido reconocido como Buena Práctica de Gestión Pública por la prestigiosa Organización Ciudadanos al Día – CAD en las categorías Educación y Transparencia y Acceso a la Información.

  10. Muchas gracias Dr. Walter Curioso. El caso de Perú es un ejemplo para la región, nuestras felicitaciones y el agradecimiento por compartir aquí la descripción del proceso de organización institucional de la implementación de lo establecido en la ley aprobada en 2013. El apoyo y estímulo desde el organismo rector del sistema nacional de ciencia y tecnología es un incentivo para que las universidades del Perú implementen políticas de acceso abierto a nivel institucional donde se exija, para cumplir con la ley, que toda producción financiada con fondos públicos se autoarchive en el repositorio institucional.

  11. Excelente nota Dominique. Lo que describis es compatible con una nueva forma de brain
    drain porque los sistemas de indexacion de tipo “mainstream” y las empresas editoriales
    de los centros academicos tradicionalmente poderosos se apropian de la produccipn
    científica de autores que realizaron sus investigaciones con el sustento de las universidades
    publicas de la periferia.
    Ahora bien, mi preocupacion mayor actualmente surge del papel que puede jugar en este escenario
    la reciente compra de SCIELO por Web of Science (Thomson & Reuters), en relacion con el
    importante esfuerzo realizado en America Latina para promover el acceso abierto.
    Estamos frente a un retroceso?

  12. Gracias Fernanda Beigel, comparto tu preocupación por alianzas entre iniciativas de acceso abierto del Sur global con editoriales y sistemas de indización comerciales del Norte. Desde el punto de vista del acceso abierto gestionado como un bien común por la comunidad científica y académica, como ha sido tradición en América Latina, considero que efectivamente es un retroceso este ingreso de nuestra región en iniciativas de acceso abierto comercializado por nuevos modelos de negocios desarrollados en el Norte, a valores del costo de vida en el Norte. Sólo a modo de ejemplo, en promedio cuesta USD 3.000 publicar un artículo en acceso abierto en una revista de suscripción de las principales editoriales, y USD 1.450 en una revista “nacida” en acceso abierto. Por más descuentos que hagan, son valores que no tienen relación con los subsidios que recibe un proyecto de investigación, o con el promedio de un sueldo de investigador/a en la región.
    Más de una década en América Latina construyendo plataformas de acceso abierto (ej. Latindex, SciELO, Redalyc, y los portales temáticos) para dar visibilidad y acceso a nuestra producción invisible en los sistemas internacionales, y formando una masa crítica de materia prima regional que permita complementar los indicadores tradicionales con nuevos indicadores para evaluar a nuestros investigadores, como por ej. las 10 millones de referencias bibliográficas reunidas por SciELO para desarrollar un índice de citas regional, y ahora, mediante este acuerdo que señalás, pasa a ser un servicio más de Thomson-Reuters. Preocupante, estoy de acuerdo.
    En una próxima presentación en UNAL, Colombia, en un panel «¿pagar por publicar?, incluyo al cierre tu reflexión «“El acceso abierto constituye una forma fructífera para desbaratar el poder científico “internacional” siempre que este camino alternativo no pase a ser comercializado por los circuitos centrales” Fernanda Beigel (2014). Culturas (evaluativas) alteradas. Revista Política Universitaria, Agosto 2014.

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