EL DEBATE: Medir el impacto social de la ciencia y la tecnología: ¿viable o utópico?


Por Francisco M. Solís Cabrera

Secretario del Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación Consejería de Economía, Innovación y Ciencia.

Considerar y fortalecer el trabajo en la medición de los posibles impactos de la ciencia en la sociedad, está siendo considerado una línea de desarrollo estratégica en el campo de la evaluación de la ciencia y la tecnología, siendo así incluido como parte de las líneas de investigación prioritarias en los últimos programas marcos de la Unión Europea. (1, 2) Su prioridad estratégica se asocia, en lo fundamental, con la necesidad de garantizar una distribución adecuada de los recursos en función de las líneas de I+D e innovación que realmente tengan una utilidad comprobada en el entorno social en cualesquiera de sus dimensiones. Esta dirección de los procesos de evaluación se asume como consecuencia lógica de la propia expansión y orientación de la ciencia y la tecnología hacia el beneficio social. La evaluación debe orientarse, por tanto, al desarrollo de nuevos indicadores y metodologías que permitan avanzar en el conocimiento de la medida en que estas promesas se cumplan. Desde una óptica metodológica, la definición de impacto social de la ciencia y la tecnología se focaliza hacia el modo de obtener mecanismos para la anticipación de resultados sociales a la hora de la toma de decisiones, y un conjunto de indicadores que justifiquen resultados globales de determinadas políticas en términos de su utilidad social. (3)

Sobre esta base caben interrogantes que los responsables políticos deberían hacerse: ¿Cuál es la utilidad real (social, económica, cultural, medio ambiental) de la ciencia y la innovación?; ¿La ciencia y la tecnología están atendiendo las necesidades más urgentes de la sociedad?; ¿Es viable determinar la incidencia de la producción y difusión de nuevos conocimientos en los procesos sociales? No obstante la relevancia del tema en la actualidad, su tratamiento por parte de los organismos a nivel internacional así como el propio abordaje por parte de la comunidad científica, pudiera catalogarse como modesto. Y es que el impacto social denota un campo aún en formación, que adolece de metodologías lo suficientemente consolidadas para su medición.

Con respecto a los indicadores, las principales propuestas se orientan —manteniendo aún el protagonismo de los indicadores de insumo— a la elaboración de estadísticas en esta misma dirección y con vista a permitir la realización de comparaciones a nivel de países y regiones. Prima en este sentido, el enfoque de impacto económico e impacto sobre la ciencia través de los análisis de citas e indicadores relacionados con oferta y demanda científico – tecnológico. Por otro lado, se han desarrollado modelos como el Modelo Payback para el sector de la salud, con un número de variables e indicadores, pero aún con limitaciones visibles no siendo del todo representativo de la realidad social que intenta evaluar. Otros indicadores a nivel local e institucional se han diseñado, fundamentalmente en torno a la evaluación de los impactos sociales desde el enfoque de la tecnología y la gestión de proyectos. Este enfoque aunque es válido, exige un tratamiento cauteloso a la hora de desarrollar metodologías, porque podría limitar la idea fundamental entorno a impactos sociales: la apropiación social del conocimiento.

Sobre esta base, el diseño de indicadores referidos a la dimensión social de la ciencia, debe tener como máxima captar en qué medida el conocimiento se permea en la sociedad y está se apropia de él. Esta mirada sobre la base de la dimensión social del conocimiento, por tanto aún una mirada subjetiva e intangible- demanda la necesidad de intentar buscar elementos operativos con el fin de poder desarrollar metodologías adecuadas e instrumentos de medición.

Se vuelve una tarea compleja si partimos de la base de la dificultad de estructurar y cuantificar las variables recogidas en fuentes no convencionales como las derivadas de la “redes sociales”, los medios públicos de difusión, las guías clínicas, o simplemente las relaciones no visibles que se dan entre los investigadores y otros agentes sociales a diferentes niveles en la sociedad. En este sentido, la medición de las posibles interacciones que se producen con los stakeholders, a partir de las cuales construir modelos de tipo social que permitan medir repercusiones sociales de un investigador o grupos de investigación, pudiera ser una alternativa loable.

Varios proyectos ya han iniciado y apuestan por el desarrollo y puesto en práctica de iniciativas que permitirían hacer de esta medición un hecho viable. Tal es el caso del proyecto SIAMPI financiado por el 7PM, que intenta medir el impacto social a través de las interacciones productivas entre la ciencia y la sociedad: i) contactos personales directos; ii) contactos que están mediados por resultados específicas (informes de expertos, instrucciones clínicas, avisos científicos, etc.); iii) transferencia de intereses (productos, prácticas sociales, herramientas) y financiación u otros mecanismos de soporte (gente, prácticas sociales, artefactos y ayudas). (5) Otro proyecto de reciente aprobación por el 7PM con fines similares es SISOB liderado por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía, que intentará medir la apropiación social de conocimiento basándose en las relaciones sociales que se producen entre los miembros de las comunidades a diferentes niveles sociales, materializando la propuesta en el desarrollo de herramientas computacionales. (5)

En resumen, el impacto social de la ciencia y la tecnología es un tema aún en pleno desarrollo. Muchas interrogantes y líneas de desarrollo quedan abiertas. El tratamiento de las fuentes de información para el diseño de los indicadores, sus características, el propio orden lógico en las acciones para diseñar e implementar dichos indicadores, la manera en que los tomarán los consumidores finales, la posibilidad real o no de alcanzar los niveles de objetividad necesarios, los niveles de prioridad con respecto a los campos sociales, la integración de estas dimensiones en el «campo social», entre otros, constituyen cuestionamientos a considerar para el diseño un sistema de indicadores viable y objetivo con este propósito.


Referencias bibliográficas

(1) COMISIÓN EUROPEA (2010): Science in society, sinopsis de proyecto 2007-2008, Luxemburgo, Oficina de Publicaciones de la Unión Europea.

(2) COMISIÓN EUROPEA (2009): Challenging Futures of Science in Society, Luxemburgo, Oficina de Publicaciones de la Unión Europea.

(3) ALBORNOZ, M., ESTABANEZ, M. E., y ALFARAZ, C. (2005): “Alcances y limitaciones de la noción de Impacto Social e la Ciencia y la Tecnología”, Revista Iberoamericana CTS, nº 4, vol 2, Enero, pp. 73-95

(4) SIAMPI: Social Impact Assessment Methods for research and funding instruments through the study of Productive Interactions between science and society. Disponible en: http://www.mbs.ac.uk/research/innovation/siampi.aspx (7PM; 2009-2010)

(5) SISOB: Observatorio de la actividad investigadora en la sociedad. Disponible en: http://sisob.lcc.uma.es (7PM).

Publicado el  29 de noviembre de 2010

13 comentarios

  1. Impacto social de la ciencia y la tecnología viabl
    Muchas veces a la gran mayoría de los ciudadanos se denota poco interés por la ciencia y la tecnología y su impacto en la sociedad, muchos estan preocupados en tratar de buscar su sobrevivencia, considero que los responsables tales como los científicos y las autoridades deben llegar más a la sociedad para determinar las necesidades prioritarias de la humanidad y ver en que medida se puede aplicar ésta en beneficio de las mayorías. Las autoridades manejan indicadores sobre las necesidades de la población y considero que es viable en la medida que haya la buena intención y la ejecución en beneficio poblacional

  2. Impacto social de la ciencia y la tecnología
    Medir el impacto social de la ciencia y la tecnología es viable y deseable. Pero quisiera señalar que ello supone realizar una nueva lectura acerca de la actividad científica y tecnológica: si hasta ahora estuvo ceñida a criterios económicos y tangibles, ahora se intenta ofrecer una imagen más amplia relacionada con su implicación social y ventajas relacionadas con la justicia (o distribución adecuada de los recursos asociadas a una utilidad comprobada). Ahora bien, debemos reflexionar sobre el hecho de que esta lectura es asumida por los estados y no por el tejido empresarial privado, lo cual podría contribuir a separarlas de su responsabilidad sobre situación actual referente a los niveles de desarrollo de las actividades de ciencia y tecnología. Por otra parte, tan importante o más aún que la idea anterior, tendríamos que considerar sobre qué esferas queremos influir y por tanto debemos incluir como targets de nuestro modelo de medición. Mi propuesta es bastante global: deberíamos tener en cuenta que queremos influir y por tanto reflejar las esferas económicas, políticas, regionales, ciudadanas y relacionadas con la opinión pública.

  3. Impacto social de la ciencia y la tecnología
    Tal como se menciona en el artículo y en uno de los comentarios, la medición del impacto de la ciencia es viable y deseable, aún cuando muchas instituciones cuestionen la objetividad de este tipo de evaluación y la posibilidad de que realmente se llegue a medir lo que se pretende medir: impacto real en la sociedad. Lo cierto es que si partimos de intentar crear un modelo que permita: categorizar los posibles impactos con las correspondientes subcategorías que pueden tener; intentar medir la orientación social de los grupos de investigación (perfiles, objetivos sociales, acciones para influir con sus resultados en la sociedad; indicadores para medir tal orientación en diferentes dimensiones o campos sociales y nivel de influencia, movilidad, visibilidad, etc); analizar de manera estructurada y organizada las relaciones que se establecen con los diferentes actores sociales (stakeholders) que van desde las universidades, políticos, industria, gobierno, organizaciones no gubernamentales, y el propio ciudadano y a través de cuáles canales de difusión y fuentes de información (contacos personales; reportes, informes, contratos; finaciamientos; guías clínicas, mass media, web 2.0) se establecen esas relaciones que debieran analizarse en ambos sentidos, y finalmente analizar de forma heurística y contextualizada todos estos resultados, nos estaríamos acercando bastante al objetivo. Los indicadores y métodos se deban ajustar al contexto social de los dominios de análisis.

  4. Innovar en los estudios de impacto?
    Estoy de acuerdo con María Elena Vizcarra en cuanto a que los estudios de impacto deben centrarse en las necesidades de la población. Hasta el momento, encuentro que la mayoría de estudios en este sentido y en muchas partes del mundo se repiten. Las pregutas, con algunas variaciones, son las mismas año tras año. Pienso que se debe intentar reflexionar sobre el propósito real que se quiere buscar en estos estudios para plantear una batería de preguntas diferentes y ajustadas a las necesidades de la población.

    Quizás deban integrarse equipos multidisplinarios que enriquezcan la visión de los que deben ser este tipo de indicadores. No entiendo otra manera de innovar si, incluso, no se invita a la sociedad civil a participar de la construcción de estos indicadores.

    En ocasiones, los resultados que se obtienen, se limitan a reproducir preguntas año tras año y en ese sentido, pienso se pierde el esfuerzo, el tiempo y el dinero. Por otra parte, estos resultados deben traducirse a la población y no quedarse sólo en el ámbito académico como la mayoría de veces. Una simple nota de resumen en un diario o una nota en telediario no son suficientes.

    Finalmente, considero fundamental la voluntad científica y política de sacar adelante este tipo de estudios.

  5. Medición del impacto de la ciencia
    Medir para mejorar.
    La medición del impacto de la ciencia en la sociedad debiera partir de los intereses y contexto propio de cada región. Ya Ana, señala la imperiosas necesidad de definir sobre que esferas se quiere impactar, pero igual de importante me parece que debemos elaborar indicadores tangibles , más allá de lo intangible de el propio desarrollo científico y tecnológico. La sociedad debe experimentar los beneficios que produce las aplicaciones tecnológicas, ya sea en materia de salud, economía ,entre otras. Mi país es consumidor de tecnología, un indicador claro del impacto del desarrollo científico sería no sólo la sustitución de la misma sino que que nos convirtiéramos en referentes en algunos rubros de la innovación científica, de otra manera solo estaríamos analizando y discutiendo estadísticas comparativas.
    Se requiere contar con un plan estratégico definido que incluya al tejido empresarial y el estatal y que estén orientados a las necesidades prioritarias del país y de cada región.

  6. Impacto social de la CyT
    Estoy de acuerdo en que es importante y a la vez viable, medir el impacto social de la CyT, como lo han comentado, la mayoría de los ciudadanos están inmersos en otras cuestiones que que resultan prioritarias sobre el interés por la CyT y éste es escaso o practicamente nulo, pero es conveniente determinar cuáles son las necesidades reales de la población para las cuales se pueden obtener soluciones mediante el aporte científico y tecnológico ya que se supone que esa es la finalidad. Aunque sean numerosos los cuestionamientos acerca de la objetividad de las mediciones es viable y deseable que estas existan y que se manejen obviamente datos reales.
    Tal vez, como expresaba otra colega, sea necesario un estudio multidisciplinario para asegurar qué tipos de indicadores son convenientes a tener en cuenta.

  7. CÓMO Y CUÁNDO LO MEDIMOS
    Medir el impacto de la ciencia y la tecnología en la sociedad debe entenderse como herramienta de estudio de mercado (estudiar el comportamiento de los consumidores –la sociedad- para detectar sus necesidades y la forma de satisfacerlas). Su objetivo final es aportar datos que permitan mejorar las técnicas de mercado para la venta de un producto (resultados ciencífico-tecnológicos) o de una serie de productos que cubran la demanda no satisfecha de los consumidores, en este caso, y como bien comenta el artículo,” la necesidad de garantizar una distribución adecuada de los recursos en función de las líneas de I+D e innovación que realmente tengan una utilidad comprobada en el entorno social en cualesquiera de sus dimensiones”. Hay radica la importancia de medir el impacto de la ciencia y la tecnología, en la manera en que la ciencia y la tecnología se orienta a alcanzar un beneficio social.
    Para anticiparse a los resultados sociales de la inversión en ciencia y tecnología, que realizan los poderes públicos, habría que orientar el desarrollo de los indicadores, no hacía los clientes, sino en que medida los que ejecutan dicha inversión, la comunidad científica, orientan su desempeño a la satisfacción de las necesidades de los distintos grupos de interés que conforman la sociedad. Según el Informe Financiación Universidades 2010. Consejo de Universidades – Conferencia General de Política Universitaria, el 54,8% de los investigadores empleados en España trabajan en Administración Pública (mayoritariamente en universidades) y según se comenta en dicho documento en su apartado breve diagnóstico del Sistema Universitario Español ”en el gobierno de las universidades, pesa mucho más la satisfacción de los intereses internos que la atención a las necesidades de la sociedad”. Es por ello, que en la presentación de proyectos de I+D+i a organismos públicos siempre aparece un apartado “impacto social de los resultados del mismo”. Los indicadores deberían orientarse a responder preguntas tales como: ¿Qué actuaciones se han realizado para detectar el beneficio social resultante de dicha inversión en I+D+i? ¿Qué medidas contemplan el plan de difusión de resultados?
    Por otro lado, se debe de tener el cuenta la trazabilidad del proceso innovador, es decir, desde que el/los investigador/es origina/n la idea hasta el momento en el que los resultados llegan a la sociedad, sea de forma tangible (producto) o intangible (conocimiento-capital intelectual), pasando por el desarrollo tecnológico, la protección de los resultados o la campaña de marketing, etapa fundamental en la medición del impacto social. Por lo tanto, para desarrollar una metodología para la medición del impacto habría que tener en cuenta una visión integradora de este proceso, al mismo tiempo que una visión desintegradora.
    Lo anteriormente mencionado sería adecuado para estudiar el impacto que alcanzaría en los grupos de interés (clientes) pero, si pensamos en sociedad como masa crítica, sería aconsejable analizar los canales de difusión de masas desde dos perspectivas:
    – Desde el punto de vista del emisor: interesado en la divulgación de la ciencia y la tecnología. (televisión, radio, webs, redes sociales, universidades, etc).
    – Desde el punto de vista del receptor: clasificándolos por estrato social, económico y cultural, entendiendo que no hay más ciego que el que no quiere ver, por lo que se puede llegar aun límite máximo pero nunca a una totalidad de la sociedad.
    En el artículo se comenta la complejidad de estructurar y cuantificar las variables recogidas de fuentes no convencionales y en qué medida el conocimiento se permea en la sociedad y está se apropia de él, quizás en este sentido lo que se debería de considerar es cómo llegan a ser permeables a la sociedad otras temáticas diferentes a las ciencias, la tecnología y el conocimiento y simplemente imitarlas.

  8. algunas precisiones
    En primer lugar queria agradecer los comentarios recibidos. Paso a comentar algunas de las reflexiones recogidas por los remitentes anteriores. En primer lugar decirle a Ana Maria y Yusnelkis que soy de los convencidos que medir este impacto es factible, que no fácil, pues evidentemente como apuntan algunos de los comentarios, muchos de los indicadores que nos medirian este impacto tienen que ser neceariamente cualitativos. Recalco lo que dice Yusnelkis que \»Los indicadores y métodos se deben ajustar al contexto social de los dominios de análisis\».LOs proyectos citados en el articulo, así como otras lineas de investigación están trabajando en esta línea.

    A Patricia indicarle que existe tanto la sensibilidad politica como cientifica en profundizar en este tipo de analisis, al menos en el contexto donde me muevo, pero estoy seguro que esta inquietud se puede generalizar. Lo que si debemos tener claro, y al hilo tambien de algunos comentarios, que los impactos son los que son, que hay inquietud por medirlos y por implementar metodologias para ello. Otra cosa es si esos impactos son los deseados o no por la Sociedad en cuestión y en caso negativo lo que habrá que replantearse son las Politicas Cientificas , Tecnologicas o de Innovación para que produzca los efectos deseados , no solo los puramente cientificos y academicos, sino que sus resultados lleguen realmente a la Sociedad.

  9. Hay utopías que valen la pena
    El título del valioso aporte de Francisco Solís coloca una disyuntiva interesante para el campo de la medición en ciencia, tecnología y sociedad: viabilidad o utopía de la posibilidad de \»asir\» esas cosas tan inquietantes, esquivas e importantes que llamamos genéricamente impactos sociales de la I+D. Creo que responder que ambas alternativas son ciertas no es esquivar el tema. Es perfectamente viable: hay modestos avances pero también y crecientemente, como señala Solís, innovadores proyectos que permiten ser optimistas en que pronto conoceremos mejor cómo conceptualizar y medir. Pero que sea una utopía no es tanto que esté condenada a permanecer como irrealizable sino un desafío para acercarnos a su adecuada conceptualización y aproximada medición. Al menos, siguiendo al escritor uruguayo Eduardo Galeano: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar”. De seguro, los abordajes multidisciplinarios resultarán claves para desentrañar la compleja naturaleza de los fenómenos en consideración, lo cual está lejos de ser una tarea sencilla.

    A los comentarios realizados sólo quisiera sumar un aspecto que entiendo resulta fundamental para poder contar con indicadores socialmente más “robustos”: la incorporación de las visiones de los múltiples actores que están en interacción en los procesos de producción y apropiación social de resultados de la investigación científica y tecnológica en el propio proceso de medición de sus impactos.

  10. solo medicion de impacto social
    Me ha resultado muy interesante el articulo Creo y de hecho me intereso en la necesidad de buscar metodologias que conduzcan a la medicion de los impactos de la ciencia y la tecnologia en la sociedad , tarea que resulta un poco complicada, pues requiere de integralidad y conocer muy bien que es lo que se desea medir pues en ello tenemos que tener en cuenta los diferentes actores y escenarios. Sin embargo como premisa para este conocimiento es vital que la ciencia la analicemos en sus diferentes dimensiones y en el sentido amplio , que pueda llegar a todos por diferentes vias y que sea participativa, solo entonces podremos hablar de impacto social de la ciencia y la tecnologia, de lo contrario tendremos una vision limitada de ese impacto social.
    Ademas no puede analizarse de forma fria impacto social de la Cy T ya que lo social es una continuidad de lo economico, donde ademas incluimos al ambiente y me preguntaria ¿ Por que no plantearnos la meta de la medicion del impacto economico , social ambiental de la ciencia y tecnologia, para estar en concordancia con el desarrollo sostenible tan ansiado y por el que estamos tratando de conquistar?

  11. Medir el impacto social de la ciencia y la tecnolo
    Pienso, que Medir el impacto social de la ciencia y la tecnología es viable debido a que la mayoría de las sociedades están encaminadas a profundizar más en lo tecnológico y lo social. Puede parecer algo utópico, pero en los próximo cincuenta (50) años será una realidad en la mayoría de los pueblos iberoamericanos.

  12. Medir el impacto social de la ciencia y la tecnolo
    Pienso, que Medir el impacto social de la ciencia y la tecnología es viable debido a que la mayoría de las sociedades están encaminadas a profundizar más en lo tecnológico y lo social. Puede parecer algo utópico, pero en los próximo cincuenta (50) años será una realidad en la mayoría de los pueblos iberoamericanos.

    Quiero significar, que es medible el impacto social

  13. Comparación o aplicabilidad?
    Creo que el debate sobre los indicadores de ciencia y tecnología y su impacto sobre la sociedad son esenciales y necesario para la promoción de la CyT en las sociedades latinoamericanas.

    No obstante, cada sistema de medición de impactos sociales se enfrenta a la contradicción. Por una parte es necesario tener indicadores globales que permitan la comparación internacional; por el otro cada país tiene su propia dinámica y es necesario tenerla en cuenta.

    Creo que si bien Europa tiene ese debate y es válido. Aquellos que trabajamos este tema en Latinoamerica necesitamos en mayor medida este debate y con urgencia; nuestras bajas tasa de inversión en I+d y los altos problemas sociales que sufrimos, hacen necesario que se presione por mayor impacto en la sociedad por parte de los académicos, y este impacto debe ser medido para futuras decisiones de política.

    Debemos los latinos iniciar y concebir herramientas metodológicas para medir el impacto social. De otro modo no concibo un buen futuro para la región científica.

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